Diputados de los principales partidos de Reino Unido
pidieron ayer al Gobierno británico una actitud mucho más
firme en el conflicto sobre la soberanía de Gibraltar, ante
la “presión creciente aplicada por España, que a través de
la imposición de retrasos en la frontera, incursiones
marítimas y medidas diplomáticas está configurando una
campaña de acoso e intimidación”, según informa
expansion.com.
Un informe publicado por el Comité de Exteriores de la
Cámara de los Comunes, presidido por el parlamentario
conservador Richard Ottaway, dice que “el Gobierno británico
ha mostrado contención en respuesta a la provocación de
España. Es hora de que el Gobierno británico salte la
barrera y adopte una línea más dura”.
El contundente alegato de ese grupo de diputados llega justo
al comienzo de un verano en que algunos temen la repetición
de los incidentes del año pasado, cuando las autoridades
españolas intensificaron los controles de acceso a Gibraltar
provocando grandes esperas para acceder al Peñón. El
secretario de Estado para Europa del Gobierno británico,
David Lidington, visitó Gibraltar hace unos días.
Entre las nuevas acciones propuestas por los diputados al
primer ministro, David Cameron, figura una “visita de alto
nivel” de Downing Street a Gibraltar antes de fin de año,
para demostrar la importancia que la disputa tiene para
Londres. También plantean una mayor intervención
diplomática, llamando a consultas de forma más frecuente al
embajador español en Reino Unido, Federico Trillo. Según el
informe del comité, sólo el embajador de Siria en Londres ha
sido reclamado en más ocasiones que el de España por el
Ministerio británico de Exteriores desde 2010.
Otra vía alternativa de protesta para Londres sería retirar
el apoyo a España en determinados foros internacionales.
“Por ejemplo, ante la demanda de España de un puesto en el
Consejo de Seguridad de la ONU”, señala el documento.
En este tipo de instituciones globales, los diputados
consideran que la diplomacia de Reino Unido podría utilizar
contra España la situación de Ceuta y Melilla. “Las demandas
de España sobre Gibraltar se ven socavadas por la defensa de
sus propios territorios en el norte de África. Los
argumentos del Gobierno español sobre las diferencias
constitucionales de Ceuta y Melilla con Gibraltar son poco
convincentes en el mejor de los casos, y dejan a España
vulnerable a la acusación de hipocresía”.
El tono del informe es muy duro al examinar la actuación del
Gobierno español durante el último año. “No tenemos duda de
que los retrasos impuestos por España en la frontera con
Gibraltar tienen una motivación política, y que la frontera
es utilizada como una manera de coaccionar. Esto es
inaceptable viniendo de un socio europeo. El Gobierno
británico hace bien en mirar a la Comisión Europea para
resolver este asunto, pero debería declarar públicamente que
tomará acciones legales contra España en la Corte de
Justicia Europea si hay poca mejora de la situación en los
próximos seis meses”.
Además, los diputados califican de “actitud arrogante” la
sucesión de incursiones de barcos españoles en aguas
territoriales de Gibraltar, ante las que sugiere a Downing
Street que incremente la presencia naval británica en la
zona.
La suma de restricciones en la frontera terrestre,
incursiones marítimas y la presión diplomática de España en
varios foros hacen que Gibraltar esté sufriendo una especie
de “asedio”, dice el comité de Exteriores. “España no
debería ser capaz de desplegar políticas agresivas hacia
Gibraltar sin dañar su relación con Londres, y el Gobierno
británico debe dejarlo claro”. Pese a esta retórica, el
grupo de parlamentarios cree que el Gobierno británico no
debe poner en riesgo los amplios lazos bilaterales con
España, en áreas como la economía y el turismo.
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