Buenos días, Ceuta.
Acabo de regresar de un largo viaje y vuelvo a estar en el
‘ajo’ de escribir en “El Pueblo de Ceuta” que aprecio.
Suelo ser lector de todos los periódicos de este país y de
otros países, en sus ediciones impresas porque en las
digitales muchos artículos quedan fuera, y me interesan toda
clase de noticias. O sea que soy de la vieja escuela.
En el aspecto digital suelo revisar las páginas de la
plataforma Facebook correspondientes a caballas ubicados en
cualquier punto del planeta y que escriben y publican fotos.
Algunos, sobre todo algunas, caballas suelen publicar fotos
antiguas de nuestra ciudad y bajo las mismas otros caballas
sueltan sus comentarios con recuerdos relacionados con la
propia foto.
En esta plataforma han encontrado un medio de comunicación a
través del cual se explayan en una especie de confesión
pública, sin censura ni tapujos, dependiendo siempre de la
moral del instante de la persona que la emite.
Como siempre ocurre en éste tipo de medio de comunicación
personal, siempre hay y habrá grupos y/o personas que
introducen proselitismo religioso y con matices más propios
de la apología del terrorismo que otra cosa.
No todos los que participan en esa plataforma suelen ser
buenos redactores de sus cosas. En este caso no podemos
decirles nada, que para esa clase de partícipes suele sonar
a insulto, y adaptarnos a su forma de redactar sus
comentarios o sus comunicados, aceptándolos dentro de la
comprensión.
No es posible hacer uso de la ironía, en los comentarios de
esa plataforma, porque hay mentes que se atrofian y se
montan un órdago incomprensible con frases fuera de contexto
y con amenazas veladas que no vienen a cuento.
Como aún existen en este mundo personas extremadamente
sensibles, aún sin lo de extremadamente, suele ocurrir que
estas personas, que empiezan con muy buena voluntad, salgan
asustadas de las pullas que les meten y abandonen su página.
Por eso, a una de las personas que ha padecido esta especie
de acoso le he escrito lo siguiente:
“Yolanda, estamos en un espacio abierto, muy abierto, en el
que entra todos los modelos de la humanidad, desde los más
píos hasta los más malvados.
Ello conlleva que en un momento dado salga alguien con
intenciones de fastidiar, por lo que sea, y mete pulla.
Eso no es óbice para que tú, Yolanda, tires la toalla. Nadie
es ignorante en éste mundo y no te puedes ofender con
cualquiera que te haya insultado porque tú, Yolanda, tienes
una moral a prueba de bombas.
Sencillamente es una enorme falta de respeto insultarte
porque eres una persona tremendamente voluntaria y que
ayudas a cientos de caballas, dispersos por la piel de toro,
con tu exquisita selección de fotos que nos trae miles de
recuerdos a quienes estamos lejos de Ceuta.
No hagas caso de los memos y continúa con tu estilo pasando
de todos aquellos no están a tu altura. Un abrazo.”
Es poca cosa lo que le digo, hay y habrá mentes mejores que
sepan hacerlo, pero muchos comentarios están cubiertos de un
sarcasmo tremendo, no confundir con ironía, sin comprender o
comprendiendo y/o haciéndolo a sabiendas, ya que el
sarcasmo, en sí mismo, es sangriento, mordaz y cruel que
suele maltratar y ofender.
Cierto es que la libertad de expresión y de opinión es,
relativamente, incensurables y por eso mismo conlleva que al
hacer comentarios, escribir artículos de opinión o llevar un
reportaje, el autor del mismo sepa estar a la altura de la
situación sin ofender gratuitamente a quien o quienes en
realidad no conocen personalmente o, si son conocidos, no
hacer uso del odio o de la venganza, sea el motivo que sea,
y guardarlo en su espacio personal.
La convivencia es muy importante, más en los tiempos que
corren, y los ataques personales a nada conducen, a nivel
público, por lo que, a mi modesto parecer, los deberíamos
desterrar y centrarnos en temas que de verdad interesen para
mejorar la propia convivencia y la lucha por el bienestar de
todos y no por el de alguien en concreto.
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