La abdicación del rey Juan Carlos
I, anunciada el pasado 2 de junio, llevándose a cabo
oficialmente el miércoles 18 siguiente. Fue muy sorprendente
por lo inesperado, así como la urgente coronación de su
sucesor Felipe VI, el jueves 19 siguiente. No cuadrándome
tanta celeridad, entendiendo que, presuntamente el abdicado
tomó esa decisión, porque algo se cocinó días anteriores en
ciertos chiringuitos a espaldas del pueblo, por y para la
continuidad de esta dinastía borbónica impuesta, hace unas
cuatro décadas, por el dictador Franco. Teniéndose que
marchar Juan Carlos I de la Jefatura del Estado por la
puerta de atrás y de puntilla sin hacer ruidos, con objeto
de no aumentar, aún más, el desprestigio de la Corona y de
su dinastía, a raíz de ciertos escándalos en los que están
inmersos ciertos de sus miembros.
Y como lo que más le preocuparía a Juan Carlos I, era que su
hijo Felipe fuera coronado Rey de España. Lo consiguió en
menos de 20 días, sin que el pueblo haya hablado, como
requería tan grave asunto, al meternos sin vaselina el
abdicado y el bipartidismo del PP y PSOE, un gol en el
tiempo de descuento y en fuera de juego. Y tanto el abdicado
monarca como los afines a su dinastía, pensarán que,
“pelillos a la mar” y lo que venga posteriormente, que lo
solventen el nuevo Rey, el PP o el PSOE.
No sorprendiéndome, además que, ni una semana después de la
coronación de Felipe VI. El juez Castro, instructor del caso
Nóos, haya dado por finiquitado el sumario de esa presunta
trama ratera. Mantenido su señoría la imputación por dos
presuntos delitos fiscales y uno de blanqueo de capitales a
la infanta Cristina, así como a su esposo y cuñado del nuevo
Rey de España, Iñaki Urdangarín, por muchos más presuntos
delitos cometidos. Habiéndose presuntamente enriquecidos,
por ser quienes son y lo que han representado y representan
en este régimen corrupto.
Si hubo celeridad en la abdicación y coronación de Felipe
VI. Más, aún, la ha habido en el fiscal anticorrupción del
caso Nóos, Pedro Horrach, porque ha recurrido la imputación
de la infanta Cristina, en menos de 24 horas de cerrar el
juez Castro el sumario. Siendo esclarecedor cómo está cierta
justicia en España, porque si la Fiscalía debe defender los
intereses del Estado. En este caso, se posiciona
presuntamente a favor de la presunta delincuente, la infanta
Cristina, arremetiendo duramente contra el juez instructor.
Dudando mucho que, la imputada sea sentada en el banquillo y
condenada, ya que en España “la justicia no es igual para
todos”.
No extrañándome tampoco que, ya se haya aprobado el
aforamiento del yayo monarca abdicado, para que sea juzgado
por un tribunal especial y no por uno ordinario. Por ello,
si continúa su curso, el Borbón Juan Carlos I, se tendrá que
defender de la presunta denuncia que le han interpuesto. Y
de las que le están por caer por otras presuntas fechorías
que haya podido cometer a lo largo de su reinado, habiendo
amasado una enorme fortuna...
Mientras transcurre todo lo anterior relativo a la monarquía
y a la dinastía borbónica, en un ambiente contaminado y poco
transparente propio de regimenes totalitarios. Los medios
propagandísticos del sistema, sustentados con dinero público
de todos los españoles, se hallan inmersos en realzar la
imagen del nuevo Monarca y de su dinastía. Silenciando, en
lo posible, que presuntos ‘choros’ enrolados en las filas
del PP, PSOE y UGT… inmersos en los casos de corruptelas
Gurtell, Pokemon o ERE… prosiguen siendo puestos a
disposición judicial. No dimitiendo casi ninguno de ellos,
porque a pesar de que digan algunos políticos que “el
aforamiento no es un privilegio”, se aferran a la política y
a sus poltronas como las garrapatas a los perros, para
continuar bajo el manto del aforamiento, por lo que les
pueda ocurrir.
Siendo significativo que, el eurodiputado de IU, Willy Meyer
haya presentado su dimisión ‘voluntariamente’, al haberse
sabido que él y otros muchos políticos españoles… tienen
contratado un plan de pensiones en un paraíso fiscal, siendo
subvencionado parte del mismo presuntamente con dinero
público de fondos europeos. Habiendo dimitiendo también, la
exministra del PSOE, Magdalena Álvarez, del cargo de
Vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones, al estar
imputada en el caso de los ERE, por presuntos delitos de
prevaricación y malversación de caudales públicos, mientras
ejercía en la Junta de Andalucía como consejera de Economía
y Hacienda. Señora, la que no debe temer nada por su futuro,
porque poseerá o le facilitará su partido por los ‘buenos
servicios prestados a sus siglas y a España’, abrigos para
que en esta lluviosa y tormentosa entrada del verano y, en
los gélidos inviernos que le hayan de llegar, no se moje ni
pase frío alguno.
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