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OPINIÓN - MARTES, 24 DE JUNIO DE 2014

 

OPINIÓN / LAS NOTAS DEL QUIM

Felipe VI (V en Aragón y Catalunya)
 


Quim Sarriá
opinion
@elpueblodeceuta.com
 

Buenos día, Ceuta.

He vuelto a Catalunya para pasar unos días con la familia y de paso hacer unas gestiones que estaban a medias. Nada del otro mundo.

La primera visita, después la lógica a la familia, ha sido a la Casa de Ceuta en Barcelona donde el reencuentro con viejos amigos ha sido formidable.

Daba la casualidad que ese día, sábado, actuaban varios grupos de baile llamado flamenco, y lo pasamos francamente bien. Lo narro en otro artículo.

Hoy quiero escribir, desde mi retiro temporal en Mataró, sobre el rey de España, el nuevo.

Me sorprende, para empezar, que este país tenga dos reyes y dos reinas.

Un rey y una reina sin la llamada ‘sangre azul’, que reinan pero no gobiernan y otro rey y otra reina que ni reinan ni gobiernan. Peculiar en la era de los nini.

Con el rey Felipe VI hablé cuando aún no lo era y con el rey Juan Carlos I hablé cuando aún no había abdicado.

Fueron en tres ocasiones, 1994, 1995 y 1996, durante la entrega de los Premios Nacionales del Deporte en el palacio Real de Madrid. Uno de los premios fue para mí, compartido con otros cuatro presidentes de federaciones (1995) y entregado por el rey Juan Carlos I.

Tanto con Juan Carlos I como con Felipe, Príncipe de Asturias, intercambiamos unas palabras y la impresión que recibí, la primera vez, es la de encontrarme ante una figura muy retocada, el padre, con una textura más de figura de cera que humana. Del hijo, tuve la impresión de estar ante un jugador de baloncesto demasiado formal.

Aquellas fueron las únicas ocasiones en que ambos reyes se dignaron dirigirme la palabra. Con quién más tiempo he pasado charlando fue con la hermana de Juan Carlos I por eso de estar en el mundo del deporte, aunque sea a través de los caballos.

He seguido el discurso del rey, el que reina pero no gobierna, y me ha parecido de cariz bastante analizado, para quedar bien ante un público convencido de antemano.

Nos hace creer que habrá un nuevo ciclo en el país, pero estará por ver si seguirá los mismos pasos que el rey que ni reina ni gobierna, o se dedicará con la reina, de sangre no azul, a recorrer los centros comerciales donde adquirir la renovación del despacho regio, aunque no creo que se pasen especialmente por uno de ellos por culpa del lema publicitario sobre ‘la república independiente de tu casa’.

Para empezar, primero está usando la misma mesa de despacho, del rey que ni reina ni gobierna, con ese tufillo del pasado inamovible y segundo, paseó ante los ciudadanos, no súbditos creo, subido en el viejo Rolls Royce propiedad de aquel señor que había designado a dedo al rey que ni reina ni gobierna.

Lo del fajín de capitán general de los tres ejércitos lo dejaremos correr. Yo, al menos, no conseguí heredar de mi padre su puesto en el Ministerio de Defensa, el rey que reina y no gobierna lo hereda todo.

Si somos un país declarado oficialmente laico… no entiendo que la primera visita programada de los nuevos monarcas sea a la Ciudad del Vaticano, debería ser a la ONU. No tengo nada contra el papa Francisco, al contrario me cae bien, pero hay cosas mucho más importantes y preferentes que la de recibir una bendición. El trono no ha sido una gracia de Dios, sino una gracia del Gobierno, que tampoco, lo confieso, me hace gracia.

Esto no quiere decir que yo sea antimonárquico… simplemente que sea elegido por mayoría y tanto si es la monarquía como la república, pues muy bien, a mandar.
 

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