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sucesos - LUNES, 23 DE JUNIO DE 2014


JAVIER TIZÓN. CEDIDA.

ENTREVISTA / JAVIER TIZÓN, POLICÍA LOCAL
 

«Lo que me conmovía eran los gritos de esa mujer pidiendo socorro y gritando; el niño, el niño»

Javier Tizón, con 25 años de servicio en la Policía Local, rompe su silencio y relata su experiencia cuando salvó la vida a un hombre de 35 años que estaba tendido e insconciente en una vivienda en llamas
 

CEUTA
Antonio García

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Aunque su intención era haber sido bombero, incluso se presentó a una oposiciones, Javier Tizón lleva veinticinco años en la Policía Local de Ceuta y el martes pasado llevó a cabo una acción con la que salvó a un hombre de treinta y cinco años de morir asfixiado por el humo cuando en el domicilio del mismo se había producido un incendio. El oficial de la Policía Local relata como estando de vacaciones, en su casa, observó como desde una vivienda cercana a la suya salía mucho humo y llamas. Sin pensárselo, Tizón, tras oír los gritos de una mujer que pedía socorro y que decia; el niño, el niño, señalando la casa en llamas, entró en la vivienda y poniendo su vida en riesgo logró rescatar a una persona que estaba tendida en un cama e inconsciente.

Pregunta.- ¿Es consciente ya de lo que podría haber pasado?


Respuesta.- Ahora ya con la tranquilidad y después de analizarlo, voy tomando conciencia de lo que pudo ser y de lo que podría haber pasado.

P.- ¿Ha vivido una situación similar en su carrera?

R.- A este nivel de tensión y de riesgo, nunca. He vivido, como policía, situaciones de accidentados, de muerte, de heridas con armas blanca, pero un hecho como este, nunca en la vida. Ha sido una cosa que aún no sé. Si ha sido Dios, la conciencia, no lo sé, porque a mí lo que me conmovía eran los gritos de esa mujer diciendo: el niño, el niño y nada más. No pensé en nada ni en nadie e hice lo que pude.

P.- ¿Cómo sucedió todo?

R.- Estaba en mi casa, ya que era mi segundo día de vacaciones y nos íbamos a pescar al Estrecho. Sobre las diez de la mañana, aproximadamente, estaba cambiándome en mi dormitorio, preparando mis cosas para pescar, cuando me llegó un fuerte olor a plástico y a humo. De seguida le pregunté a mi madre si había dejado algo en la cocina y salí corriendo hacia la galería, me asomé al patio y observé como desde una de las ventanas de un piso, anexo al mío, salía mucha cantidad de humo y llamas. Fue cuando escuché los gritos de socorro, fuego, el niño, el niño y no me lo pensé. Mi madre me agarraba para que no fuese, porque intuyó el peligro, aunque no pudo puesto que mi intención era llegar al sitio y socorrer en la medida que pudiera

P.- ¿Qué se encuentra cuando llega a la casa que estaba en llamas?

R.- Muchísimo humo que no te permitía ver ni respirar. Algunos vecinos, incluso, desalojaban los pisos y la mujer señalando hacia la casa y gritando; el niño, el niño. Antes de subir pregunté a un vecino si habían llamado a los Bomberos, corroborándome que si lo habían hecho. De inmediato subí las escaleras y me fui orientando, por los gritos, hasta dar con el lugar. La puerta estaba abierta y el humo salía de una manera brutal. No me lo pensé, me quité la camisa y entré en la vivienda.

P.- ¿Qué se encuentra?

R.- Me encontré con una habitación con dos camas en llamas. Fui orientándome por la sensación térmica, que iba aumentando conforme iba avanzando. A la derecha observé como había un salón; a la izquierda había una cocina y la siguiente era un cuarto de baño, aunque ya apenas veía pese a estar agachado para no inhalar humo. La habitación en la que estaba este hombre, de 35 años, estaba unos metros antes del foco del fuego, la última habitación de la casa, Vi las llamas y supe que ahí estaba el foco del incendio. Como la mujer gritaba el niño, el niño, lo que buscaba era un niño. Fui palpando las paredes hasta que encontré el pomo de una puerta, la abrí como pude y entré en la habitación y vi como en la cama había una persona boca arriba e inconsciente. Pude agarrarlo por debajo de las axilas y sacarlo arrastrándolo hasta el exterior de la vivienda. Una vez que dejé a esta persona, la mujer seguía gritando y no observó, con el humo, que ya había sacado a la persona y seguía señalándome dentro y gritando, el niño, el niño. Entré de nuevo a la vivienda, aunque me encontraba muy mareado, muy cansado. Esta segunda vez me costó mucho trabajo, aunque la conciencia no me permitió retirarme. Me tiré al suelo y recorrí todas las habitaciones para comprobar si había algún menor por el suelo o debajo de alguna cama y al comprobar que no había nadie, decidí retirarme porque ya no podía más. No podía respirar y no veía. Lentamente me fui retirando hacia atrás y salí de la vivienda.

P.- ¿Con qué se queda?

R.- Me quedo con la satisfacción personal del abrazo que me dieron su madre y sus hermanos cuando salí del box de Urgencias, porque me tuvieron que atender, ya que el corazón no tenía oxígeno para enviar a los órganos, según me dijeron los médicos.
 

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