Aunque su intención era haber
sido bombero, incluso se presentó a una oposiciones, Javier
Tizón lleva veinticinco años en la Policía Local de Ceuta y
el martes pasado llevó a cabo una acción con la que salvó a
un hombre de treinta y cinco años de morir asfixiado por el
humo cuando en el domicilio del mismo se había producido un
incendio. El oficial de la Policía Local relata como estando
de vacaciones, en su casa, observó como desde una vivienda
cercana a la suya salía mucho humo y llamas. Sin pensárselo,
Tizón, tras oír los gritos de una mujer que pedía socorro y
que decia; el niño, el niño, señalando la casa en llamas,
entró en la vivienda y poniendo su vida en riesgo logró
rescatar a una persona que estaba tendida en un cama e
inconsciente.
Pregunta.- ¿Es consciente ya de lo que podría haber pasado?
Respuesta.- Ahora ya con la tranquilidad y después de
analizarlo, voy tomando conciencia de lo que pudo ser y de
lo que podría haber pasado.
P.- ¿Ha vivido una situación similar en su carrera?
R.- A este nivel de tensión y de riesgo, nunca. He vivido,
como policía, situaciones de accidentados, de muerte, de
heridas con armas blanca, pero un hecho como este, nunca en
la vida. Ha sido una cosa que aún no sé. Si ha sido Dios, la
conciencia, no lo sé, porque a mí lo que me conmovía eran
los gritos de esa mujer diciendo: el niño, el niño y nada
más. No pensé en nada ni en nadie e hice lo que pude.
P.- ¿Cómo sucedió todo?
R.- Estaba en mi casa, ya que era mi segundo día de
vacaciones y nos íbamos a pescar al Estrecho. Sobre las diez
de la mañana, aproximadamente, estaba cambiándome en mi
dormitorio, preparando mis cosas para pescar, cuando me
llegó un fuerte olor a plástico y a humo. De seguida le
pregunté a mi madre si había dejado algo en la cocina y salí
corriendo hacia la galería, me asomé al patio y observé como
desde una de las ventanas de un piso, anexo al mío, salía
mucha cantidad de humo y llamas. Fue cuando escuché los
gritos de socorro, fuego, el niño, el niño y no me lo pensé.
Mi madre me agarraba para que no fuese, porque intuyó el
peligro, aunque no pudo puesto que mi intención era llegar
al sitio y socorrer en la medida que pudiera
P.- ¿Qué se encuentra cuando llega a la casa que estaba
en llamas?
R.- Muchísimo humo que no te permitía ver ni respirar.
Algunos vecinos, incluso, desalojaban los pisos y la mujer
señalando hacia la casa y gritando; el niño, el niño. Antes
de subir pregunté a un vecino si habían llamado a los
Bomberos, corroborándome que si lo habían hecho. De
inmediato subí las escaleras y me fui orientando, por los
gritos, hasta dar con el lugar. La puerta estaba abierta y
el humo salía de una manera brutal. No me lo pensé, me quité
la camisa y entré en la vivienda.
P.- ¿Qué se encuentra?
R.- Me encontré con una habitación con dos camas en llamas.
Fui orientándome por la sensación térmica, que iba
aumentando conforme iba avanzando. A la derecha observé como
había un salón; a la izquierda había una cocina y la
siguiente era un cuarto de baño, aunque ya apenas veía pese
a estar agachado para no inhalar humo. La habitación en la
que estaba este hombre, de 35 años, estaba unos metros antes
del foco del fuego, la última habitación de la casa, Vi las
llamas y supe que ahí estaba el foco del incendio. Como la
mujer gritaba el niño, el niño, lo que buscaba era un niño.
Fui palpando las paredes hasta que encontré el pomo de una
puerta, la abrí como pude y entré en la habitación y vi como
en la cama había una persona boca arriba e inconsciente.
Pude agarrarlo por debajo de las axilas y sacarlo
arrastrándolo hasta el exterior de la vivienda. Una vez que
dejé a esta persona, la mujer seguía gritando y no observó,
con el humo, que ya había sacado a la persona y seguía
señalándome dentro y gritando, el niño, el niño. Entré de
nuevo a la vivienda, aunque me encontraba muy mareado, muy
cansado. Esta segunda vez me costó mucho trabajo, aunque la
conciencia no me permitió retirarme. Me tiré al suelo y
recorrí todas las habitaciones para comprobar si había algún
menor por el suelo o debajo de alguna cama y al comprobar
que no había nadie, decidí retirarme porque ya no podía más.
No podía respirar y no veía. Lentamente me fui retirando
hacia atrás y salí de la vivienda.
P.- ¿Con qué se queda?
R.- Me quedo con la satisfacción personal del abrazo que me
dieron su madre y sus hermanos cuando salí del box de
Urgencias, porque me tuvieron que atender, ya que el corazón
no tenía oxígeno para enviar a los órganos, según me dijeron
los médicos. |