El diseño de ciudad que configura
el Gobierno local a través del nuevo Plan General de
Ordenación Urbana que venga a sustituir al del 2002, bajo
las características de aprovechamiento de las bolsas de
suelo en el centro urbano y el efecto centrípetro para el
desarrollo de solares sin uso por la crisis económica y el
“pinchazo” de la burbuja inmoviliaria, lleva a la fórmula de
la “compactación” para estimular la inversión y potenciar la
construcción. Una fórmula que conlleva dibujar una ciudad de
cara al futuro en la que sea habitable, atractiva y con
posibilidades de inversión.
No se puede olvidar que la actividad económica que mueve el
sector de la construcción ha sido durante muchos años, la
verdadera locomotora de la economía y, ahora con el
pretendido diseño de una ciudad de Ceuta cara al futuro, con
el nuevo Plan de Ordenación Urbana, se busca diseñar un
modelo adecuado a los objetivos de progreso y desarrollo que
han de implantarse, para que Ceuta vuelva a recuperar el
pulso económico que ha perdido por la crisis.
El PGOU abre un nuevo campo de posibilidades económicas y
laborales, puede suponer un estímulo importante para nuestro
tejido productivo, y contribuir al empuje necesario que
precisa esta ciudad, para avanzar. El panorama que se
presenta a corto y medio plazo, aunque seguro que no estará
exento de polémica, hace aventurar un proyecto de futuro de
confianza en un contexto que tiene mucho que ver con el
ámbito laboral. En este sentido, desde el Gobierno local se
ha de estimular la inversión y canalizar la estrategia de
desarrollo que nos haga más sólidos para alcanzar los
objetivos socioeconómicos deseables. Las perspectivas
parecen buenas y ahora se requiere matizarlas en realidades
tangibles que las hagan viables.
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