El reinado del nuevo monarca
Felipe VI abre un horizonte de ilusión y esperanza para los
españoles, en base a su discurso ante las Cortes donde
expresó que “afronto mi tarea con espíritu renovador”,
comprometiéndose a escuchar, comprender, advertir y defender
los derechos generales, en un compromiso institucional en el
que no faltó la alusión al valor moral de la ejemplaridad,
la honestidad y la transparencia, cuestiones básicas en las
actuales circunstancias sociales y políticas. Otro aspecto a
destacar de su compromiso con el pueblo fue la idea de
unidad de España dentro de la diversidad, “en la España
unida y diversa cabemos todos” dijo, a la vez que indicó que
los tiempos están cambiando, dejando entrever en su discurso
la percepción de que estamos ante una Monarquía renovada
para un mundo nuevo.
El nuevo monarca se ha comprometido también a ser cauce
entre todos los españoles, en esa idea de unidad que ha
planteado. Y un síntoma de este compromiso ha sido que, su
primer acto oficial será con las víctimas del terrorismo, un
símbolo de lo que representa para el nuevo Rey el
sufrimiento de quienes perdieron a seres queridos en la
barbarie terrorista. Y a nivel internacional, el hecho de
que su primer viaje sea a Marruecos, viene a significar que
continúa con las pautas marcadas por su padre y por el
Gobierno español, que cada vez que se produce un cambio,
sitúan como amigo preferente al Reino alauita, síntoma
inequívoco de la importancia que se otorga a los lazos de
amistad entre ambos países. Felipe VI tiene ante sí, en esta
nueva e histórica etapa de la España contemporánea, el
difícil reto de mejorar los 39 años de reinado de su padre.
Una apuesta de futuro que vendrá marcada por los hechos.
Deseamos que su ideario sea la realidad de un mañana
próspero para los españoles a quienes ilusiona el Rey.
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