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sociedad - MIÉRCOLES, 18 DE JUNIO DE 2014


personal de sanidad. cedida.

salud
 

Evaluación de la satisfacción
laboral en el personal de
enfermería del Hospital

Uno de los ajustes económicos que se han llevado a cabo en materia de salud, es la reducción de personal, lo que conlleva un aumento de la carga de trabajo, y un empeoramiento de los turnos de estos profesionales
 

CEUTA
Sergio Toribio

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Actualmente España, al igual que el resto del mundo occidental, está inmersa en una delicada situación económica. La crisis ha obligado, tanto al gobierno central como a los autonómicos, a realizar recortes en los diversos sectores del ámbito público, entre los cuales se encuentra la Sanidad. Uno de los ajustes económicos que se han llevado a cabo en materia de salud, es la reducción de personal, lo que conlleva un aumento de la carga de trabajo, y un empeoramiento de los turnos de estos profesionales, y con ello puede producirse una disminución de la satisfacción laboral del personal y un menoscabo en la calidad asistencial percibida por el usuario.

La sanidad pública, tal y como la conocemos, está cambiando, no es un secreto, desde el comienzo de la dichosa crisis hemos sufrido “disminuciones” de personal o “reorganizaciones”, afectaciones salariales y demás debido a lo que se ha achacado a una mala gestión y/o despilfarro de recursos.

Pero la cuestión es, ¿qué se entiende por satisfacción laboral? Existen diversos autores que la definen como una reacción afectiva de un individuo hacia el trabajo donde influyen diversos elementos.

Fundamentalmente la satisfacción laboral, puede verse determinada por una interacción de factores laborables, donde la compensación económica, las relaciones profesionales con los compañeros, y la recompensa y reconocimiento por la labor realizada cobran una especial relevancia.

Un aspecto importante a tener en cuenta es que la satisfacción de los profesionales en el marco de la sanidad, forma parte de la calidad prestada a los usuarios, entendida esta calidad como un producto recibido.

Por tanto la satisfacción del profesional puede y debe constituir un método para identificar los problemas y oportunidades de mejora que repercuten en la calidad de los servicios prestados, ya que al medir esta satisfacción laboral, también se puede percibir indirectamente la calidad del servicio de salud.

No olvidemos que la institución sanitaria está formada por equipos y estos lo forman personas, siendo estas el eje sobre el cual debe girar la vida del centro sanitario, pues son ellos los que condicionan los resultados finales de los procesos asistenciales.

El rendimiento de los equipos viene condicionado por la integración multidisciplinaria de los profesionales que lo integran, y por lo tanto los comportamientos, las actitudes y otras cuestiones, serán aspectos fundamentales a tener en cuenta por cualquier institución sanitaria.

Estos equipos deben estar constituidos por personas con energías que tiendan al crecimiento y no a la destrucción del mismo, e incluso de las personas que lo forman, pudiéndose así hablar de equipos “tóxicos” o equipos “saludables”.

Deberíamos tener a bien el aprender a cambiar, aceptar los cambios en un mundo cambiante, algo así como adaptarse al entorno, siempre que sea por un bien común.

En el campo de la enfermería, tanto la eficiencia como la calidad de los cuidados, se correlacionan directamente con el nivel de satisfacción de los profesionales que trabajan en él.

También es sabido que, la insatisfacción o desmotivación laboral, es la principal dificultad a la que tienen que enfrentarse los directivos y gestores de los centros sanitarios.

La pregunta que nos hacemos es: ¿Hay insatisfacción? ¿Cuáles son los principales síntomas de esta insatisfacción en la enfermería?

Algunos apuntan que se debe a la falta de autonomía, una autoridad desmedida por parte de superiores y falta de liderazgo de los mismos, así como una escasa implicación de los profesionales en otras cuestiones del hospital, y a la falta de reconocimiento por el trabajo bien hecho principalmente.

Hay que tener cuidado que, esta posible insatisfacción laboral, puede ser un elemento discordante en la labor asistencial de la enfermería, así como en la calidad percibida por el usuario.

Dicho esto, podemos decir que la valoración de la satisfacción laboral, es una medida de mucha utilidad, para poner en marcha aquellas actividades correctoras que mejorarían la labor asistencial del personal de enfermería, y por ende en los cuidados a los usuarios.

El conocimiento del clima laboral, bajo mi punto de vista, es de vital importancia, ya que puede condicionar la calidad asistencial en los cuidados dispensados por el personal de enfermería.

Así lo demuestra una encuesta realizada al personal de enfermería en Canadá en el año 2002, donde concluyen que el ambiente en el que se presta el cuidado fue un elemento crucial en el aumento o disminución de potenciales riesgos para los pacientes.

De la misma manera, otros estudios demuestran que el número de pacientes atendidos por cada personal de enfermería se identifica como un indicador directo de vital importancia en la valoración de la seguridad del usuario. Estudios previos demuestran, por ejemplo, que una dotación óptima de personal de enfermería reduce notablemente la morbi-mortalidad de pacientes sometidos a una intervención quirúrgica.

Así lo avala el estudio de investigación más completo realizado en Europa y publicado en la prestigiosa revista The Lancet, donde se relaciona inversamente la carga de trabajo con la supervivencia de los pacientes sometidos a una operación.

Son numerosos los estudios que ponen de manifiesto el riesgo que supone para los pacientes los recortes de personal en virtud de las recientes medidas de austeridad, mermando la calidad y la seguridad de los mismos. Por tanto, habría que plantearse si en nuestro medio sanitario la consolidada política de reducción de personal, podría traducirse en un probable aumento de eventos adversos, aunque nuestro estudio no ha llegado a esa cuestión, proponemos nuevas investigaciones que puedan relacionar ambas variables.

Ante esta actual situación laboral de la enfermería, surgió la necesidad de realizar un estudio en nuestro hospital, donde se pudiese medir el grado de satisfacción.

Para ello hizo necesario realizar una amplia búsqueda bibliográfica, donde se pudo encontrar números artículos y herramientas que nos han permitido la elaboración del estudio.

En el estudio que se ha realizado en el Hospital Universitario de Ceuta, se utilizó la encuesta “Practice Environment Scale of the Nursing Work Index” (PES-NWI), que analiza cinco factores: tales como “Dotación y adecuación de recursos”; “Relaciones laborales entre la enfermería y el personal médico”; “La habilidad, liderazgo y apoco a las enfermeras por parte de sus superiores”; “Fundamentos enfermeros para unos cuidados de calidad”, y “La participación de la enfermería en cuestiones del hospital.”

Estos factores nos permiten clasificar a nuestro Hospital en favorable, mixto o desfavorable, en función del número de factores que estén presentes, siendo para ello necesario superar la puntuación mínima de 2,5 en cada factor analizado.

El personal de enfermería respondió de manera voluntaria, siendo las encuestas contestadas 139 de un total de 154, lo que supone una cobertura del 90,26%. El estudio se llevó a cabo durante el último trimestre de 2013, analizando aquellas unidades asistenciales donde estos profesionales tenían pacientes ingresados a su cargo.

Los resultados de este estudio arrojan unos datos muy interesantes, donde cabe destacar que en el factor “Dotación y adecuación de recursos”, el 60% de los encuestados afirma que no hay suficiente personal para llevar a cabo el trabajo y que, por tanto, esta situación podría repercutir negativamente en la calidad de los cuidados de enfermería.

En cuanto al factor que analiza la “Relación laboral enfermería-médicos”, destacamos que existe una adecuada colaboración conjunta entre ambos profesionales, y que la relación laboral es buena, lo que repercute positivamente en la calidad prestada y percibida por el usuario.

Llama la atención que de los cinco factores evaluados en el estudio, tan solo uno, (Relación laboral enfermería-médicos), ha superado la puntuación mínima permitida.

En el factor “Habilidades, liderazgo y apoyo a las enfermeras por parte de sus responsables”, destacamos en positivo que el 78,25% afirma que las supervisoras respaldan a su personal tan solo en los casos en los que se produce algún tipo de discrepancia con el colectivo médico.

Por el contrario como aspecto negativo a destacar en este factor, la enfermería se queja de la falta de reconocimiento por el trabajo bien hecho, que las supervisoras se fijan más en los errores, utilizándose estos como crítica en lugar de aprovecharlos como elementos de cambio y mejora. Igualmente es significativo que el 60% de la enfermería no considera a los mandos intermedios (supervisores), ni buenos gestores ni líderes, por tanto se hace necesario adecuar su estilo de liderazgo más acorde a las nuevas tendencias de gestión y hacer una auto-reflexión, además de una necesidad de potenciar la formación en el campo de la gestión.

En el factor “Fundamentos enfermeros para unos cuidados de calidad”, se hace necesario un ejercicio de autocrítica, pues el 90% del personal de enfermería se reconocen competentes, pero sin embargo, y a pesar de existir programas de formación continuada para el desarrollo profesional, se admite que no se utiliza una adecuada metodología concreta a la hora de trabajar, prueba de ello es que no se realizan planes de cuidados, actualizados y por escrito en todos los pacientes.

Destacar también que no hay constancia de un documento escrito actualizado que permita al nuevo personal que se incorpora a su trabajo conocer con la solvencia suficiente la unidad y otros elementos del hospital.

Alrededor del 60% del personal desconoce con precisión cuales son los criterios esgrimidos por la Dirección de Enfermería para establecer unos cuidados que tengan como objetivo la excelencia en la calidad asistencial.

Finalmente en relación al factor que analiza la “Participación de la enfermera en cuestiones del hospital”, hay un bajo estímulo a la participación de la enfermería en cuestiones relacionadas con la calidad y la gestión hospitalaria. Presumiblemente por la falta de accesibilidad y de contacto continuo y directo de la Dirección de Enfermería hacia su personal, y según se manifiesta en el estudio, una inmensa mayoría manifiesta su descontento ante la falta de escucha, respuesta a las preocupaciones y falta de comunicación bilateral con la dirección.

Los resultados del estudio deberían ser considerados por nuestros dirigentes hacia un replanteamiento de su actual rumbo estratégico.

Como dijo Henry Kissinger, “La tarea de un líder es llevar a su gente de donde está hasta donde no haya llegado jamás.”

A la luz de los datos obtenidos en el estudio, donde tan solo un factor ha superado el punto de corte mínimo de los cinco estudiados, se podría deducir que el entorno laboral del personal de enfermería en el Hospital Universitario de Ceuta es de tipo desfavorable.

Habría que plantearse si esta situación podría condicionar el bienestar de los usuarios. Sería recomendable realizar estudios de mayor envergadura, donde se pueda medir con precisión la posible influencia del grado de insatisfacción del profesional de enfermería en la calidad de los cuidados asistenciales.

Como conclusión destacaría que es necesario que los mandos intermedios (supervisores), adapten su estilo de liderazgo al medio en el que se encuentran, mediante una potenciación de la formación en programas de gestión, para de esta manera poder transmitir al resto del personal de enfermería mayor ilusión y compromiso.

Para dirigir personas, camina detrás de ellas.- Lao Tzu

Igualmente se recomienda el desarrollo de nuevas herramientas de gestión de recursos humanos que permitan fundamentar, aquilatar y argumentar el trabajo del personal de enfermería en la mejor evidencia posible, estimulando y potenciando en este colectivo la toma de decisiones en la gestión interna, así como un reconocimiento por la labor realizada.

La labor de la enfermería es una práctica compleja, debido principalmente a las peculiaridades del contexto social y sanitario donde se desarrolla. A pesar de la complejidad del proceso, los profesionales de la enfermería deben asumir un papel más activo, siendo imprescindible dotarles de “voz y voto” durante todo el proceso asistencial en el que prestan cuidados a los usuarios.

En el futuro próximo la enfermería del Hospital Universitario de Ceuta, debería asumir una mayor participación, e implicación tanto en el campo de la gestión clínica como en el del liderazgo, y potenciar la Gestión por Procesos para reducir las diferentes maneras de hacer una misma tarea (variabilidad clínica), satisfacer las necesidades, mejorar y conseguir los niveles más altos de excelencia con los recursos disponibles. Así el personal aportará sus conocimientos y la experiencia adquirida para decidir activamente sobre el funcionamiento del centro donde se encuentren, tanto en el terreno asistencial, docente o investigador, repercutiendo sin duda en la calidad percibida por los usuarios.

El éxito no se logra sólo con cualidades especiales.

Es sobre todo un trabajo de constancia, de método y de organización. – Víctor Hugo

El cambio debe ser dirigido a promocionar y potenciar el talento de cada uno de los profesionales de enfermería, para la creación de equipos de trabajo, dirigidos por un líder competente que sea capaz de integrar a todos potenciando de esta manera las habilidades y competencias de cada uno de ellos, donde el liderazgo sea la capacidad de transformar la visión en realidad.

Prueba de ello es lo recogido en la Ley 44/2003 de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS), en el artículo 10 que trata de la Gestión Clínica en las organizaciones sanitarias, donde dice que “tales funciones podrán ser desempeñadas en función de criterios que acrediten los conocimientos necesarios y la adecuada capacitación” sin especificar ninguna profesión en función de titulación académica.

Como dijo Warren Bennis, “Los líderes no surgen de la nada. Deben ser desarrollados de tal manera que adquieran las cualidades del liderazgo.”
 

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