Otra alta institución de la rancia
monarquía parlamentaria, de esta España política de
presuntos ilustres rateros sin vergüenza ni dignidad, que ha
saltado a la palestra en los medios de comunicación (El
País), por un tema de presuntas corruptelas. Es el honorable
Tribunal de Cuentas del Estado, el que “se configura en la
Constitución como el supremo órgano fiscalizador de la
gestión económico-financiera del sector público y el
enjuiciamiento de las responsabilidades.” Teniendo como
misión “juzgar y hacer ejecutar lo juzgado en el ámbito de
la responsabilidad contable, en que incurran quienes tengan
a su cargo el manejo de fondos públicos.”
El Tribunal de Cuentas del Estado, está compuesto por
centenares de empleados. Entre ellos exministros, políticos
y familiares, afines y enchufados de ciertos partidos…
Estando claro, para mí, la gestión fiscalizadora y judicial
que realizan algunos de los miembros del tribunal con las
cuentas propias del ente, o con las de los partidos
políticos que los nombraron o colocaron a ellos en el
tribunal. Como fue la función fiscalizadora y judicial que
presuntamente llevaron a cabo, con las cuentas de
sobresueldos de altos cargos del PP y otras presuntas
cuentas relacionadas con el caso Gürtel. Porque, María
Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, declaró que:
“la contabilidad del PP es única, transparente, limpia y
sometida al Tribunal de Cuentas.”
Y así debe ser, porque lo que diga Cospedal y su PP va a
misa todos los domingos y días de fiestas a guardar. No
obstante, como casi siempre hay una manzana podrida en
cualquier estamento o boquete oficial. En el Tribunal de
Cuentas, hasta presuntamente tenían un cuartillo, donde le
guardaban las herramientas a los albañiles, para tenerlas
cerquita para realizar alguna chapuza en los despachos o en
domicilios particulares de algún alto cargo de ese tribunal.
Con el agravante, además, de que las obras se las asignaban
casi siempre al mismo, según declaró a El País uno de los
empresarios de las reformas realizadas.
Otro elemento o fulano que presuntamente se ha llevado
‘manteca’ para untarla a sus cuentas bancarias, es el
presidente de CEPYME, Jesús Terciado, que ha sido denunciado
por varios vocales de esa patronal, los que piden “que se le
investigue por un delito societario, estafa, falsedad
documental y apropiación indebida.” Porque presuntamente
entre los años “2011 y 2012 las sociedades Ingasert y
Tecrucyl vinculadas a Terciado consiguieron 300.000 euros de
la organización que Terciado preside.” Según la Sexta
Noticias que tuvo acceso a la denuncia presentada.
En fin… esta es parte de la España oficial de Juan Carlos,
de su hijo Felipe y del resto de la Casa Real y del
bipartidismo político configurado por la represora derecha
política española del PP y, del descafeinado republicanismo
izquierdista del PSOE.
Príncipe heredero de la corona española desde la cuna, el
que el jueves 19 de junio, si nada ni nadie lo impide, será
coronado Rey y Jefe del Estado español, llevando de nombre
Felipe VI. Próximo nuevo monarca español, el que no tendrá
ninguna legitimidad alguna para mí. A pesar de que, desde el
mismo instante que sea coronado por sus cortes celestiales y
demás súbditos, vasallos, plebeyos y siervos alcanzará el
supremo privilegio, como el que gozó su abdicado padre, de
ser inviolable y no estar sujeto a responsabilidad alguna…
Por lo tanto, fue una cantada al viento, la que realizó Juan
Carlos I, cuando en el discurso de unas navidades pasadas
dijo que “la justicia es igual para todos.” Siendo evidente
que la justicia en España no ha sido así. Porque hasta en
estos días, su casta política se está apresurando para
hacerle un ‘traje’ a medidas, para ser aforado cuando deje
de gozar de sus privilegios. Y lo blindarán tanto, hasta el
punto, de que el acorazamiento que le pongan, no permitirá
que las presuntas denuncias que le caigan por presuntos
affaires que anden sueltos, ni les roce lo más mínimo. Por
ello, si el ministro Gallardón declaró recientemente que ser
aforado no es un privilegio. Por qué el Rey y los presuntos
10.000 aforados más que existen en esta España cañí no dejan
de serlo. Y así podrán ser juzgados como cualquier ciudadano
y no por tribunales específicos.
La cuestión es que, sufrí la dictadura de Franco, la
monarquía de Juan Carlos I impuesta por el sanguinario
dictador citado anteriormente nacido en El Ferrol, la
dictadura democrática socialista del PSOE en la Junta de
Andalucía, las dictaduras o rodillos de las mayorías
democráticas del PSOE de Felipe González y las del Partido
Popular de José María Aznar y la actual de Mariano Rajoy...
Y, desde el jueves 19 de junio, seguiré sufriendo el régimen
del PP de Rajoy y al impuesto monarca Felipe VI.
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