La cuestión relacionada con los familiares de políticos es,
sin duda, uno de los temas más complejos y difíciles de
abordar porque toca las fibras más sensibles del tejido
emocional. Yolanda Bel contaba con ello antes de su
comparecencia el pasado jueves en el pleno extraordinario y
convirtió su intervención en un espectáculo más propio de
‘Sálvame’ que de un debate político.
La consejera no tuvo reparos en narrar que su familia “es
normal y corriente” y que “sabe, como miles de ceutíes, qué
es vivir con una pensión mínima, llegar justo a final de
mes, el paro y hasta pedir una bolsa de alimentos”. Y
reprochó que nadie se haya preguntado “por sus condiciones
sociolaborales, económicas o familiares”. En estos términos
giró el 99% de su discurso, basado en el orgullo que siente
por los suyos, por todos aquellos que llevan el apellido
Bel, dando la impresión de querer imitar a Belén Esteban con
su famoso “yo por mi hija MA-TO”, y con el presidente Vivas
haciendo las veces de Jorge Javier Vázquez. Eso sí, se echó
de menos la vena en cuello de un Aróstegui que, esta vez,
estuvo lejos de parecerse a María Patiño.
Seguramente haya batido el récord de audiencia en la
historia de lo plenos en RTVCE. Todo perfecto, aunque casi
siempre hay un pero. Este no era el tema del debate, porque
nadie ha dudado nunca que su familia sea “normal y
corriente” ni que sus “condiciones sociolaborales,
económicas o familiares” sean duras y difíciles como la de
tantos y tantos ceutíes. La cuestión era y es por qué el
Gobierno solicita al INEM que se le envíe a una hermana de
una diputada. Por qué ese nombre y no uno de los miles de
parados que tendrían el mismo derecho que la persona
seleccionada. Por qué aparecieron esos nombres y no otros.
En definitiva, un asunto de tal gravedad que no puede
despacharse con un “yo por mi familia MA-TO”, aunque ya
puestos, no estaría mal que Yolanda Bel hiciera un
polideluxe. Diría las misma mentiras que en el Pleno pero al
menos, los miles de parados ceutíes cuyos nombres no
aparecen en las cartas de ‘recomendación’ del Gobierno,
podrían pasar un rato divertido. Aunque al final terminasen
acordándose de la madre que los parió a todos.
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