La presencia de Caballas ayer a
través de dos de sus más significados representantes,
Mohamed Alí y Juan Luis Aróstegui, en la celebración de la
festividad religiosa de San Antonio, tan tradicional en la
sociedad ceutí como cristiana, marca un punto de inflexión
en su conducta, ya que hasta ahora Caballas se había
ausentado de algunos actos institucionales y, por supuesto,
de celebraciones religiosas cristianas. Su portavoz declaró
a este periódico que, si desde la Coalición promueven la
defensa de la interculturalidad de Ceuta había que predicar
con el ejemplo, aunque bien es verdad que, desde hace mucho,
debían hacerlo, si bien no está mal rectificar a tiempo y
ser coherentes con lo que se predica y nunca mejor dicho, en
este caso.
La presencia de ambos disputados de la Asamblea y de una
formación que no se había dejado de ver en actos similares,
marca un antes y un después, donde hay que resaltar la
impresión que Mohamed Alí se llevó de la Romería de San
Antonio: positiva, entrañable y pedagógica. Tres conceptos
muy valorados, además del “respeto a todas las confesiones
(religiosas) y el conocimiento al máximo de todas ellas”.
Unos valores que hay que reconocerle y elogiarle, porque
demuestran que algo está cambiando y esperemos que a mejor.
Si a la ciudadanía se le requiere participación, los
primeros que han de dar ejemplo son los políticos, como
representantes de la sociedad en las instituciones. No
pueden criticar el desapego electoral a la ciudadanía si
ellos (los políticos), también lo tienen a las celebraciones
populares, donde el pueblo está presente y es protagonista.
La cercanía de unos y otros se hará patente en actos como la
Romería de San Antonio, la ofrenda a la Patrona y otras
tradiciones locales. Como bien resaltó Alí ayer, “conocerse
es el mejor camino para respetarse”.
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