Es lo de todos los años, al menos
desde cuando yo recuerdo, desde mis primeros años aquí, como
se vivía la Romería de San Antonio por parte de muchísimos
ceutíes, que, con esta fiesta, tenían la disculpa para pasar
un día en el campo y no tener que pasarse media jornada en
la playa.
Ahora, es de suponer, que todo va a seguir de una forma
igual o muy parecida, con lo que las “mocitas”, casaderas o
no, tendrán que hacer la visita de rigor, la misma que,
posiblemente, en tiempos pasados, muchos años atrás,
pudieron hacer más de una madre y casi todas las abuelas.
Es una tradición de Ceuta, una tradición que no costaba nada
y que creo que sigue sin costar, aunque con el correr de los
tiempos, por aquello de que todo ha subido, es posible que
en los presupuestos del año haya alguna partida para una
“posible paella” o para algo parecido.
Yo, de todas formas, en esta ocasión, más que nunca,
aconsejaría a aquellos que quieran estar muchas horas por
allí arriba que “tiren de bocadillo”, porque hoy por hoy,
tal como están yendo las cosas durante todos estos días,
cualquier gasto que se haga se va a mirar con lupa,
especialmente tras haber cogido Premi las de Villadiego ,
cuando parecía que se iba atemperando un poco el bombazo de
la Feria de Día, que puede haber sido el punto de partida
para que cada uno vaya mirando lo que cuesta, lo que vale,
lo que hay que pagar y, por supuesto, lo otro. Cuestión de
principios.
San Antonio nunca ha sido costoso, en pocas ocasiones hemos
oído que en su santoral hubiera despilfarros, pero lo que no
podemos dejar de lado es que alguna de esas carrozas que
llegaban, de ordinario, hasta arriba, ahora pueda quedarse a
medio camino para ahorrar, o sin salir de “los garajes” para
que vuelva la tranquilidad.
Y el problema que se le puede plantear ahora mismo al
Ayuntamiento es quien es el encargado de Festejos, quien va
a ser el que se encargue de todos los preparativos festivos
para San Antonio.
No me cabe la menor duda de que en esa parcela habrá, hay,
muchas personas aptas, pero me caben menos dudas de que, una
vez que ha desaparecido Jaramillo de toda esta parafernalia,
las van a pasar moradas para organizar todo aquello que se
necesita.
Es cierto que se me puede decir que de imprescindibles está
el infierno lleno, pero a quienes piensan así yo les diría
que no sólo los imprescindibles, sino incluso los necesarios
son los que tienen que estar y con la marcha de Jaramillo y
la de Premi, ya veremos quien es el “guapo” que monta, en
pocas horas, todo lo necesario, para que las cosas salgan
bien y no se tenga que mirar hacia atrás a los que
estuvieron y ya no están.
Todo se andará, no me cabe la menor duda y San Antonio
seguirá en el Hacho, tan tranquilo, sin dar ningún tipo de
guerra, sin reclamar nada, sin desequilibrar los
presupuestos del año y lo que es más importante sin tener
que ir a buscar a tierras levantinas o a mi pueblo unas
carrozas que luzcan más para las cabalgatas de Reyes o de
Carnaval.
Desde esta perspectiva, tranquilidad absoluta, ningún
problema, aunque sobre la brillantez de la fiesta y de la
Romería dejemos pasar tiempo, para saber como ha quedado
todo.
Ésta, la fiesta de San Antonio, puede ser el primer paso de
todo lo que se va a ir acercando poco a poco, con la patrona
de los pescadores, con la feria, la de verdad, que tendrá de
todo, casetas y algún toldo incluidos, y como la fiesta
oficial de la política de Ceuta, el 2 de septiembre, ha
perdido mucho terreno, tendremos que tener presentes otras
fiestas de las diversas que se van a ir dando y muy
especialmente partiendo de las diversas culturas, que algo
deben decir aquí en Ceuta.
Sean las que sean, no me cabe duda alguna que este año se
ajustarán más que nunca a los precios de mercado, por si
acaso.
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