La Guardería Juan Carlos I regresa a los medios de
comunicación con otra situación anómala. En el último año se
han producido diversas informaciones en las que la Guardería
Juan Carlos I, dependiente de la Ciudad Autónoma, se ha
visto envuelta en situaciones que han llevado a la alarma,
como la presencia de pulgas en algunas de las aulas, o como
la presunta alteración del informe de Riesgos Laborales por
parte de su director.
Ahora nuevamente, la noticia llegada hasta la redacción de
EL PUEBLO vuelve a salpicar al director del centro y a la
propia Ciudad Autónoma, y más concretamente a la consejera
de Educación, Cultura y Mujer, Mabel Deu. Según denuncias
realizadas a este diario, se ha podido saber que el director
de la citada guardería ha eliminado un patio de césped, con
el que contaba la guardería para disfrute de los pequeños
que allí están matriculados, para convertirlo en un huerto y
plantar allí las verduras y frutas que ha creído conveniente
para posteriormente recolectarlos y supuestamente llevárselo
a su domicilio.
Este patio, tal y como ha podido saber este diario fue
cerrado hace algo más de un año. Durante ese periodo de
tiempo y con el fin, presuntamente de ocultar la actividad
que se estaba llevando a cabo en el mismo, se valló con unos
cañizos y se acondicionó para proceder a la actividad del
cultivo, podando incluso un árbol existente en el mismo el
cual ofrecía una gran sombra, algo perjudicial para el buen
desarrollo de las plantaciones.
Con esta iniciativa, lejos de convertirlo en una actividad
educativa para los pequeños, máxime cuando los niños que
acuden a estas instalaciones son de 0 a 3 años, el director
de la Guardería Juan Carlos I presuntamente está utilizando
esta zona de unas instalaciones pertenecientes a la Ciudad
Autónoma para su uso particular. Además, en dicho huerto se
pueden observar numerosos utensilios específicos para el
cultivo que pueden llegar a suponer un serio peligro para
los pequeños si llegaran a acceder a este patio, tal y como
podrían ser tijeras de poda, palas, rastrillos, o los
propios cañizos y alambres existentes en la zona.
Algunos padres ya han puesto la voz de alarma sobre este
asunto y han querido denunciar esta situación para que desde
la Ciudad se tomen las medidas oportunas, ya que no
consideran correcta la actuación del director de la
Guardería, ya no sólo por eliminar una zona de ocio del
centro para los pequeños como era un patio de césped para su
uso particular sino por el peligro que puede entrañar para
la integridad de sus hijos estos utensilios de cultivo en el
caso de que accedieran a la citada zona.
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