Premi Mirchandani protagonizó ayer la crónica de una muerte
anunciada. Una manida expresión, pero que en este caso se
ajusta al anuncio de dimisión que hizo después de varias
semanas siendo acusado por la oposición de una gestión
“irregular” en el área de Festejos. El primer síntoma fue la
salida de la viceconsejería de Festejos de Salvador
Jaramillo, que cargaba sobre sus espaldas con el peso de
unos contratos de servicios para la Feria de Día con
empresas de la península, por precios al parecer muy
superiores a los del mercado, que ahora se intentarán
declarar nulos.
Sin embargo, lejos de zanjar la polémica, este paso dado por
Jaramillo avivó a la oposición que destapó otra presunta
irregularidad en la compra de nueve carrozas para la
cabalgata del Día de Reyes de 2013. Caballas el viernes y
PSOE ayer hablaban de esta contratación “sin consignación
presupuestaria y con informes negativos” de la que incluso
el secretario general de los socialistas señalaba como
“presunta prevaricación”. Mientras, Mirchandani se había
alejado durante los últimos días de la luz pública. Estaba
gestando su decisión que ayer dio a conocer arropado por
parte del Ejecutivo al que ha pertenecido desde mayo de
2011.
Con un semblante serio, Mirchandani apareció ayer por
sorpresa en la Sala de Prensa del Ayuntamiento donde los
medios de comunicación estaban convocados para una
comparecencia de Emilio Carreira. El todavía consejero
informó que iba a hacer una comparecencia sin preguntas y
anunciaba como ayer mismo había presentado al presidente de
la Ciudad Autónoma, “de manera voluntaria e irrevocable” su
dimisión como consejero así como su renuncia del acta de
diputado.
El consejero dijo asumir con esta decisión las consecuencias
de su gestión sobre la que se ha debatido en los últimos
días y señaló que aunque quizás esta ha sido “algo tardía”
si está “bien meditada desde los primeros acontecimientos”.
A continuación, Mirchandani mandó un aviso a navegantes:
“Vivimos en una ciudad pequeña donde afortunadamente todos
nos conocemos y los que me conocen saben que llegue a la
política con la única voluntad de servir a mi pueblo,
marchándome de la misma con la conciencia muy tranquila y
las manos muy limpias”.
A los medios también se quiso dirigir para decirles que se
va sin tener en cuenta, en ningún momento, “las críticas
consecuencia de la labor de informar” que ha recibido. A los
que le han acompañado en su camino político les agradeció el
apoyo “diario” que le han prestado y les pidió que tengan la
misma “lealtad” con quien le sustituya. Por último,
Mirchandani se dirigió a su familia para agradecerles “la
comprensión y EL cariño” que le han dado y que ayer el
todavía consejero reconocía de forma pública, sin titubear,
pero traicionado por unas manos que no pudieron dejar de
temblar.
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