Garantizar la alimentación en los
comedores escolares después de la finalización de las clases
el próximo miércoles, es una necesidad básica que el
Gobierno de la Ciudad ha de atender, por exigencia social y
solidaridad con los más pequeños. Si ya es lamentable que el
hambre afecte a parte de la población mucho más sobrecogedor
es que esta situación alcance a los más pequeños. El
secretario general de los socialistas ha puesto énfasis en
una cuestión: no todos los niños tienen acceso al comedor
escolar. Un asunto que, para el otro grupo de la oposición,
Coalición Caballas, adquiere sentido reivindicativo con la
recogida de firmas en la calle para sensibilizar al
Ejecutivo local para que los comedores escolares no se
cierren durante el verano.
La FAMPA ya ha hecho bandera en más de una ocasión acerca de
que son muchos los niños que no hacen las tres comidas
diarias. Un hecho espeluznante que ha de sensibilizar al
Gobierno ceutí para afrontar una cuestión en la que se
requiere garantizar la alimentación de los escolares con un
mínimo de sensibilidad social, máxime cuando se producen en
otros ámbitos algunos excesos que no se compaginan con estas
necesidades básicas. El criterio de prioridades ha de ser
claro.
Si la consejera del área se comprometió con José Antonio
Carracao a que las mismas tarjetas de bonos que usan las
ONG´s para adquirir alimentos en supermercados se
utilizarían con los escolares, ha de llevar a efecto este
compromiso. Un asunto básico como la alimentación no puede
eludirse, bajo ningún concepto desde un Gobierno
responsable. ¿Hay algo más esencial que la alimentación?
Ahorremos en fiestas y atiéndanse a los necesitados que
precisan ayudas institucionales para comer. Algo por obvio
indiscutible.
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