Es evidente, que tras las
elecciones europeas del pasado 25 de mayo. Han acontecido
hechos muy transcendentales para el futuro de esta Nación de
naciones y regiones. A raíz de que, una significativa parte
de la ciudadanía, en esas elecciones europeístas, diera un
golpe democrático en las urnas, cimbreando a los dos pilares
fundamentes (PP y PSOE), que son los que sustentan
políticamente al imperante sistema político corrupto español
de 1978. Recibiendo ambas formaciones del bipartidismo, un
varapalo democrático descomunal, perdiendo una millonada de
votos, al expresar una significativa parte de la ciudadanía
que está harta de tantas corruptelas, mentiras, privilegios,
despropósitos, desigualdades y arbitrariedades impuestas por
las castas políticas dominantes y sus sabandijas contra el
pueblo.
Por ello, al haberle hecho un ‘descosido’ al sistema,
especialmente la formación política ‘Podemos’, moviéndoles
las poltronas a numerosos clanes políticos. Las reacciones
de las castas imperantes contra el líder de ‘Podemos’, Pablo
Iglesias, no se hicieron esperar, con toda clase de
descalificaciones, a través de los diferentes medios
propagandísticos del régimen, por parte de encorbatados
políticos, junta letras y demás voceras amacerados en los
pesebres de los inquisidores poderes establecidos,
Individuos, a los que aconsejo, que se relajen porque a más
de uno le puede dar un ‘yuyu’, cuando vierten radical y
sañosamente sus inquinas en ruedas de prensa, tertulias
políticas televisadas… contra la formación ‘Podemos’, la que
desea la justa distribución de la riqueza, así como más
democracia, libertad, justicia e igualdad… Siendo uno de los
últimos casos de corruptelas que ha salpicado al PP, la
condena de siete concejales del ayuntamiento de Santiago, a
nueve años de inhabilitación para ejercer cargo público, al
haber cometido un delito de prevaricación. Siendo ya nueve
las plazas vacantes en Santiago de Compostela, al ser esa la
cantidad de ediles del Partido Popular los que presentaron
su dimisión.
La situación institucional y política española es tan grave
en los últimos años, hasta el punto, que el pasado 2 de
junio, se hizo público que el Rey impuesto por el dictador
Francisco Franco, había comunicado al presidente del
Gobierno español que abdicaba. Pillando esa decisión del
Monarca a la población totalmente desprevenida.
Especulándose cuáles han sido los motivos, para que el Rey
tomara esa postura repentinamente. No descartándose que, el
Borbón haya movido fichas, a raíz de los últimos resultados
en las urnas, para colocarnos por la puerta de atrás a su
hijo como nuevo monarca, antes de que se agrave aún más el
descrédito alarmante que sufre la monarquía por desmérito
propio, después de la pillada del Rey cazando elefantes, el
affaire con la princesa Corinna y otros graves asuntos, como
es lo que le está por llegar judicialmente a la infanta
Cristina y a su esposo Iñaki Urdangarín, con motivo de los
presuntos delitos cometidos en el caso Nóos…
Por ello y más, Juan Carlos I, presuntamente ha acelerado su
abdicación, con el presunto objetivo de que con carácter de
extrema urgencia, su hijo Felipe sea nombrado su sucesor por
la gracia de Dios, de Franco, de él, del PP de Rajoy, del
PSOE de Rubalcaba y Felipe González, y demás formaciones
políticas y empresariales… juancarlistas o monárquicas. Los
que presuntamente serán los que atenten contra la democracia
y libertad del Estado español. Porque tras la abdicación del
rey Juan Carlos I, deberían permitir que los españoles,
decidan democráticamente qué clase de Estado es el que se
desea actualmente para España. Porque, no hay que olvidar
que, la soberanía nacional reside en el pueblo. Y del pueblo
debe emanar, como dice la constitución, todos los poderes
públicos.
Consecuentemente, hay que estar muy alerta, porque el lavado
de imagen a favor del futuro monarca y del resto de su
familia real está funcionando con toda celeridad.
Habiéndoles preparados el régimen actos de todo tipo, para
que los miembros de la Casa Real en sus comparecencias
públicas, reciban de sus palmeros toda clase de parabienes,
a pesar de las artimañas que han maquinado, para que el
pueblo no tenga opción para decidir.
Estando claro que, el PP de Rajoy así como el PSOE del
socialista republicano Alfredo Pérez Rubalcaba, son las
principales formaciones causantes de tal presunto atropello,
imponiéndonos un nuevo Jefe del Estado sin ser elegido
democráticamente en las urnas, sino gracias a la mayoría que
ostentan ambas formaciones en el parlamento. Habiendo dejado
Rubalcaba, antes de abandonar la Secretaria General del
PSOE, las cosas bien atadas para que el Príncipe suceda
hereditariamente la Jefatura del Estado. De igual forma que
hiciera el dictador Francisco Franco con Juan Carlos I.
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