Buenos días, Ceuta.
En mi ciudad tengo una prima a la que llamamos Prima de la
que no podemos vivir porque es tan pobre como yo.
Los jugadores de la selección española que disputará el
Mundial de Brasil tendrán si lo gana, cada uno de ellos, una
prima que se llama todas y cada una de ellas “Setecientos
Cincuenta Mil Euros”.
¡Qué barbaridad de nombre!
Esa cantidad, 750.000 euros, corresponde al sueldo de 1.232
mileuristas al año y a más si rebajamos el salario de
acuerdo con la Reforma Laboral. O a 123 mileuristas en 10
años.
Que 23 jugadores, no contamos al cuerpo técnico, se embolsen
esa cantidad en menos de dos meses, me parece que es
totalmente inmoral a juzgar por los tiempos que corren y la
cantidad de españoles que las pasan canutas a la hora de
comer y/o cenar.
La Federación del Villarato alega que no es dinero público y
que sacan grandes cifras en partidos amistosos,
patrocinadores y premios deportivos… no justifica eso por
cuanto la Federación la componen cientos o miles de clubs
deportivos, directamente o a través de las federaciones
regionales, que están necesitados de ayudas económicas
principalmente o dar empleo a 132 parados.
Lo que me llama la atención son esas prisas en justificar el
tema.
Como a los futbolistas y cuerpo técnico declaren que lo
hacen por el país, léase por la patria, los mando al cuerno
a todos y los denominaré prostitutos para siempre ante
tamaña evidencia de su adoración plena a Don Dinero por
delante de cualquier otra cosa.
Ante esto, pregunto a las instancias gubernamentales y
deportivas si a nuestros soldados que salen a guerrear…
¿Tienen esa clase de primas, en cantidad, si ganan una
guerra?
La gran diferencia, aparte del dinero, entre los jugadores
de la selección española y los soldados del ejército español
está en que aquellos tal ven tributen a Hacienda y estos,
los soldados, tributen ante el Hacedor. Aquellos, los
futbolistas, tal vez disfruten de una vejez suculenta, si no
se lo gastan antes en saraos y demás temas similares,
mientras que los soldados tal vez se pudran en una tumba o
salgan volando al espacio interestelar en formato ceniza.
Que no es moco de pavo, no.
A todo esto pregunto de nuevo: Villar y los suyos, los
directivos de la Federación… ¿Cuánto se llevan? ¿Tributan
realmente al fisco o lo tienen en plan Caja B?
Misterios de la parte oscura del deporte.
En cuanto a lo del dinero público, tanta insistencia en que
no salen los 750.000 euros por cabeza de fondos públicos y
sí de patrocinadores privados… vamos a ver, si esos
patrocinadores ahorraran en márketing y poniendo los precios
justos a sus productos y/o destinaran ese dinero a cubrir
los impuestos, no habría reforma laboral ni recortes que
valgan…
Bueno, ¿de dónde sacan ese dinero los patrocinadores?, al
fin y al cabo ese dinero sale del bolsillo de todos los
españoles. Nadie me dice que esos productos que compramos no
son un 5% más caros, precisamente por ese motivo: patrocinar
a otros. No somos tontos, compramos en uno de esos grandes
centros comerciales, que llevan por lema, precisamente, que
no son tontos.
Desgraciadamente estamos en un país donde el dinero se
distribuye, permanentemente, entre los que más tienen y
dejando de la mano del Hacedor a los que menos.
Más dinero público para la Banca (rescates quieras que no);
menos dinero empresarial para el país y más para los
bolsillos particulares; agobio marca ‘Marqués de Sade, tipo
Spain’ al trabajador, apretándole las tuercas hasta ahogarlo
miserablemente; curación milagrosa de un fenómeno deportivo
en una clínica de lujo, que no la paga el afectado sino los
socios del club al que pertenezca el mismo, mientras un
pobre empleado con hernia discal, que paga religiosamente su
contribución a las arcas de la Seguridad Social, subyace
moribundo en una asquerosa silla con ruedas en un oscuro,
maloliente y terrorífico pasillo de tal hospital con la
espada de Damocles suspendida sobre la cabeza de su director
por recortes y amenazas de privatización…, al pobre empleado
en cuanto se le de el alta, si sobrevive, le despedirán de
su empresa por reiteradas faltas al trabajo. ¿No te jode?
En fin, la vida sigue y yo también.
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