Es lo que encontramos en el hecho
de que Fátima Hamed se retire de Coalición Caballas, porque
su participación y su auténtica valía se estaba
infravalorando y reduciendo, cada día un poco más, sin poder
rendir a tono con lo que ella vale.
A nadie sensato le tiene que extrañar esto, que hace ya
muchos meses yo lo comentaba con un amigo de los que dieron
los primeros pasos de Unión Demócrata de Ceuta y al que, al
igual que a mí, le pareció desde el primer día que el pacto
de Mohamed Alí con Juan Luis Aróstegui al único que
favorecía y beneficiaba era a Aróstegui, mientras que a UDCE
le rompía el principio y los esquemas de donde habían
partido.
Aquel pacto que yo llamé “matrimonio mal avenido” fue
gastando más y más cada día a los que apoyaron a UDCE y a la
larga lo que ha hecho es que un proyecto con futuro se quede
reducido a Mohamed Alí y muy pocos más.
Pero es que Mohamed Alí ha medido muy mal el terreno que
pisaba, se ha visto en el Ayuntamiento, actuando en ese
trapicheo que tanto le gusta a Aróstegui y lo que no sabe
Mohamed Alí es que, en cuanto Aróstegui tenga posibilidades
de “volar solo”, él se va a quedar con su UDCE, sin
seguidores, sin apoyos, sin votantes, mientras que Aróstegui
ya se habrá buscado otro cobijo que le permita seguir ahí y
tratando de tú a tú con el alcalde, si es que para entonces
sigue el mismo alcalde que hay hoy en Ceuta.
Fátima Hamed ha actuado con dignidad, la dignidad que
significa no traicionar los principios básicos de los que
partieron con UDCE. Porque la UDCE de hoy no es ya nada, o
nada parecido a lo que fue cuando se presentaron a las
primeras elecciones.
Fátima Hamed ha sido respetuosa con sus votantes y prefiere
marchar en solitario, antes que caminar por una senda
errónea y hacer lo que no le permite su conciencia.
De todas formas, si es que Fátima Hamed quiere seguir en la
actividad política, creo que no le van a faltar quienes la
inviten a formar en otras siglas, donde podrá ser ella y no
quedar relegada a ese “mercado persa” que tienen montado en
el Ayuntamiento, Mohamed Alí y Juan Luis Aróstegui,
presentando una cara en los plenos, ante los espectadores y
luego después, tratando de hacer la pelota o algo parecido
al alcalde, para otras cuestiones.
Y hasta el momento de irse ha sido el más apropiado el que
eligió Fátima Hamed, en plena efervescencia de los
resultados de su feria, con la dimisión de un viceconsejero
y con otros más que han quedado tocados, de verdad, no sé
por cuantos días más.
Y Mohamed Alí, con esta marcha, ya ha recibido el segundo
aviso, en su andadura política en el Ayuntamiento. Y es que
en la pasada legislatura otro miembro de su “equipo” Mohamed
Haddu “Musa”, también, salió de una forma parecida.
Conciencia, principios y sensatez son los tres puntos de
vista explicables en la marcha de Fátima Hamed:”No podía
seguir ahí, siendo un obstáculo”. Actitud loable, de
principio a fin:”tampoco permanecer impasible diciendo que
todo va bien y que lo hacemos muy bien”. A esto lo llamo yo
sentido de la responsabilidad, clara idea de que se va a
hacer algo y no a “dormitar” a la sombra de lo que diga Juan
Vivas.
Si, en estos momentos, en Aróstegui y en Mohamed Alí,
especialmente en éste, hubiera dignidad, desde hoy mismo
tendrían que cambiar su forma de actuar.
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