La unidad contra las redes de inmigración de la Jefatura
Superior de Ceuta mantiene abierta una investigación sobre
una trama dedicada al tráfico ilegal de inmigrantes que
operaba introduciéndolos en contenedores de basura que son
transportados hacia la península, a cambio de una cantidad
económica que oscila entre los 500 y 1.000 euros.
Uno de los modus operandi que utilizan es separar, mediante
la utilización de gatos hidráulicos, los contenedores de
basura que están pegados a la pared (los trabajadores de la
planta de residuos los colocan de esa forma como medida de
seguridad para evitar que se introduzcan los inmigrantes).
Una vez conseguido esto, pueden acceder a las puertas de
carga de las basuras y esconderse dentro de los
contenedores, donde permanecen ocultos, lo que conlleva un
grave riesgo para su salud e integridad física pues, además
de tener que pasar muchas horas dentro de un espacio muy
reducido respirando gases tóxicos pueden llegar a sufrir
importantes lesiones o, incluso fallecer, cuando en las
operaciones de carga y descarga se tritura y comprime la
basura.
La localización de víctimas de la red está resultando
dificultosa, ya que dichos ciudadanos ilegales reciben todo
tipo de amenazas para que no colaboren con la policía.
Finalmente, después de una compleja investigación, en el mes
de mayo se procedió a la detención de O.M., ciudadano
marroquí y con numerosos antecedentes por tráfico de drogas,
robo con fuerza y estancia ilegal, por un presunto delito de
tráfico ilegal e inmigración clandestina de tres residentes
del C.E.T.I.
La detención se produjo después de que empleados de la
planta de Urbaser sita en el Monte Hacho que se disponían a
triturar basura oyeran voces procedentes de unos
contenedores y acudieran en auxilio de estas personas,
internos del C.E.T.I., evitando así su fallecimiento.
El detenido ha pasado a disposición judicial, continuándose
las gestiones para la identificación y detención de otros
implicados en la red.
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