La semana está que arde y el
término dimisión empieza a coger cuerpo a todos los niveles.
Se empezó, hace días, con el anuncio de la marcha del
secretario general del PSOE, a lo que siguió el lunes las
manifestaciones del Rey y su abdicación para dar paso a una
nueva generación.
El martes si no la bomba, sonó el primer “petardo” en Ceuta,
pero “ por el medio de la tabla”, no por arriba, como se
esperaba, desde hace días.
No me cabe la menor duda de que aquí se va por unos
derroteros distintos y ya es significativo que sea un
viceconsejero y no su inmediatamente superior, u otro más
alto. Por eso digo que me huele a pacto, para así tapar “las
vergüenzas” y que lo demás siga su justo camino, o sea el
mismo.
¿Quién manda?. Esta es la cuestión, porque mientras el
viceconsejero ha cargado con las culpas de la Feria de Día y
ha presentado la dimisión, el consejero de Festejos, que
debería haber conocido lo que había, si es que no está en la
luna, nos sale con la petenera de que el informe de
fiscalización de Intervención detecta “malas praxis”, una
expresión que significa lo que cada uno quiera pensar, pero
que es el motivo de la salida de Jaramillo de la Consejería.
No me cuadra casi nada, y digo lo del casi, porque está muy
claro que “irregularidades” hubo, del alcance que hayan sido
y que se verán en días sucesivos, y que de esas
irregularidades aunque quede “salpicado” el “primer espada”
no ha salido y sí lo ha hecho el segundo de a bordo.
Pero hay más, si Mirchandani se queda ahí, Salvador
Jaramillo se va, ahora volverá a la Televisión Pública de
Ceuta y el propio Premi Mirchandani dice que “los técnicos
avalaron que eran precios de mercado”, en todo esto nos
fallan muchas cosas para completar el rompecabezas.
¿Es que los que han inducido a todo esto son los técnicos?.
No se convence a nadie y el espectáculo está ahí, cada uno
se quiere lavar las manos, pero el dinero público con el que
se está jugando parece que salta “de oca a oca”, y las
culpas a Jaramillo.
El consejero da vueltas y no sale del círculo en el que ha
quedado “atrapado”, así de claro, al no haber ofrecido en su
comparecencia explicaciones convincentes, al señalar a los
técnicos como los que apoyaron con sus informes todas las
contrataciones. Esto puede pasar, pero más de uno hablará,
en cuanto le falte algo y entonces arderá “Troya”.
Premi Mirchandani, me agradaría que, de una vez se aclarara
y pusiera al descubierto todo esto:¿Cómo se explica que él
no supiera de qué se estaba hablando?.¿Cómo se explica que
si los técnicos avalaron que eran precios de mercado, tenga
que ser Jaramillo el que salte y el propio Mirchandani se
quede ahí tan tranquilo y los técnicos otro tanto de lo
mismo?.
Aquí no estamos para simples especulaciones, queremos
trasparencia y el que haya sido Salvador Jaramillo el que
haya salido y no los demás, puede ser para cubrir
simplemente eso, la cara a la situación, ya que él va a
volver a su puesto de trabajo, con lo que, de momento no
hablará, y podría estar sucediendo que su silencio tenga un
precio, especialmente, por lo que a votos se refiere o más
cosas.
En honor a la realidad, no andan las aguas nada tranquilas
en el Ayuntamiento y como cada día hay más cosas o casos que
pueden salir a escena, pongamos por caso los enchufismos
familiares, el mes va calentito y el verano puede ser
bochornoso, por no mirar más hacia arriba.
Empresas conocidas, de cuanto más lejos mejor, un consejero
que cree salir limpio del “caso” y zozobra o desconfianza en
la Ciudad, porque esto no ha quedado claro. El mejor
silencio puede estar tapado con un mejor pacto. No se puede
llegar más lejos, al menos, de momento.
|