Y lo siento de veras, porque el
joven secretario general del PSOE en Ceuta me cae muy bien,
desde siempre, especialmente porque ha sabido imponerse a
muchas de las “normas” que el PSOE mantenía en Ceuta, desde
épocas muy lejanas.
Pero José Antonio Carracao el pasado lunes creo que no se
aclaraba mucho de lo que significaba la abdicación del rey
Juan Carlos I, especialmente para el PSOE.
Y es que el secretario general del PSOE de Ceuta, el mismo
lunes, marchaba por una ruta contrapuesta a la que
manifestaba, por ejemplo, Rubalcaba y a la que, de aquí a
pocos días, van a mostrar los diputados y senadores del
mismo PSOE.
A bote pronto, es muy fácil saltarse todos los setos, las
bardas y las mismísimas barreras del paso a nivel del tren,
pero mirando a medio y largo plazo, lo peor que podría
sucederle al PSOE es dejar de ser lo que ha venido siendo,
desde la transición, y encaminarse a las “rutas perdidas” de
IU, o de alguno de esos grupos de aventureros que han
aparecido días pasados.
El lunes, Rubalcaba estuvo en plan “hombre de Estado”, y no
soy yo el que más piropos haya echado jamás al veterano
político, porque el lunes Rubalcaba pensaba correctamente en
un PSOE, alternancia de poder, y no en uno más de los que se
pueden mover en el batiburrillo de las grescas callejeras y
los altercados permanentes.
Además, Rubalcaba se mostraba el lunes, de la misma forma
que se había mostrado, hace un mes, el ex presidente del
Gobierno, Felipe González, cuando proponía un acercamiento
mayor hacia el PP para todos los asuntos básicos del Estado.
Felipe González que algo debe saber de la política de
nuestro país, ahora y ayer, miraba hacia el mañana, buscando
una clara y convincente alternancia de su partido con el
otro gran partido existente hoy en España.
Esto es, Felipe González no se quedaba, ni pensaba siquiera
en el PSOE del tiempo del “maquis”, por ejemplo, porque
aquello ya quedó muy atrás.
Uno puede ser monárquico o no serlo, pero de ahí a pensar
que, en dos días, hay que ir a la república, que sería la
tercera, eso sería un atropello, un accidente del que íbamos
a salir todos heridos.
José Antonio Carracao, en esta parcela, está confundido si
es que piensa lo que parecía trasmitir hace dos días y al
ser tan joven como es posiblemente no haya digerido bien lo
que en España fueron las otras dos repúblicas, que
terminaron como terminaron y que gracias a la monarquía de
Juan Carlos I, llevamos casi 40 años en un sistema en el que
la libertad está por encima de todo tras haber salido de la
larga etapa del General Franco, en la cual esta libertad no
existía.
Posiblemente tampoco ha estudiado bien José Antonio Carracao
como ha crecido, para bien, nuestro país en los 39 años que
lleva en el trono Juan Carlos I.
Es cierto que en épocas de tanto devaneo, cualquiera se deja
confundir y es capaz de, sin darse cuenta, aliarse con el
que mató al “Piyayo”, sin saber cual fue el motivo para
llegar a eso.
La juventud, debe tener en cuenta Carracao que, es como una
pequeña gripe que se va curando con los años, y él que ahora
es un joven con buenos proyectos y buenas iniciativas, con
sentido de la responsabilidad y con aspiraciones a mucho
más, no debe dejarse llevar por imágenes fantasmas que le
pueden llevar muy poco lejos.
El mes va a ser movido, ayer fue el punto de partida, en
tres semanas, con seguridad, tendremos un nuevo Rey, Felipe
VI, un hombre joven, dicen que muy bien formado y que, a
partir de ahora verá como le crecen los “amigos”, esos
pelotas arribistas que querrán buscar con su amistad algo
que no han sido capaces de lograr por sí mismos.
Estoy convencido de que Carracao, tras su “resbalón” de ayer
podrá volver a coger la auténtica ruta que va a llevar el
PSOE, cuanto antes mejor.
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