PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
  

 

 

OPINIÓN - LUNES, 2 DE JUNIO DE 2014

 
OPINIÓN / ANALISIS

Un Gobierno con olor a corrupción

Por Ramiro T.


Ya escribí hace algo mas de un año que, lamentablemente, el Tribunal de Cuentas no ha destapado nunca un caso de corrupción en Ceuta. Pero no es menos cierto que, aunque el portavoz del Gobierno local, Emilio Carreira y el Diputado Francisco Márquez se afanen en afirmar que no existen indicios de responsabilidad contable o penal, el Tribunal de Cuentas sí ha detectado en varios de sus Informes “el germen de la corrupción” en la Ciudad Autónoma de Ceuta, que no es otra cosa que el grave descontrol en la contratación pública, donde se cometen múltiples irregularidades como el fraccionamiento indebido, tramitación de urgencia no justificada, mejores valoraciones para ciertas empresas, adjudicaciones no motivadas, abuso de los procedimientos negociados sin publicidad, contrataciones de consultorías innecesarias, y así un largo etcétera, que deberían dar lugar a graves casos de corrupción como los que se investigan a nivel nacional en los tribunales de justicia.

La proliferación de contratos menores, de reformados continuos y de aplicación arbitraria de las adjudicaciones por emergencia sin serlo, son un indicativo evidente de que a “alguien” le interesa hacer oídos sordos a las recomendaciones y continuar en una dinámica que solo beneficia a los intereses particulares de quienes nos gobiernan.

El sostenella y no enmendalla, parece ser la consigna a seguir en algunos de los miembros del Ejecutivo de Juan Vivas. Es obvio que Yolanda Bel, por la que Juan Vivas ha puesto “la mano en el fuego” en varias ocasiones, ha creado escuela, porque sus ‘procedimientos de fraccionamiento’ en el ‘caso Kibesan’ han sido secundados, copiados, imitados, por el consejero de Turismo y responsable de los “saraos”, Premi Mirchandani, en este caso, con sobreprecios incluidos con la misma alegría que se bailan unas sevillanas al son del buen fino o rebujito. Nada de farolillos, sino faroles como los del Cristo, bien grandes para marcarse unos precios desorbitados, “fuera de mercado”.

¿Pondrá también el presidente Vivas en esta ocasión ‘la mano en el fuego’ por Premi Mirchandani? Al paso que lleva puede que Vivas esté ya quemándose porque este penúltimo escándalo, no parece que sea -como dijo en su día-, una campaña orquestada contra él, sino una vergüenza, como también lo son los casos de ‘enchufismo’ que ya han comenzado a destaparse.

La dinámica de ir de escándalo tras escándalo, como una diabólica ruleta rusa, puede acabar en procesos judiciales si antes no se cortan esta vorágine de corruptelas y se depuran todas las responsabilidades políticas. Repito, todas.

Porque parece que se ha institucionalizado en el Gobierno de la Ciudad las prácticas abusivas, por no decir ‘ilegales’ con el dinero público, a la vista de que ni se exigen responsabilidades, ni nadie dimite ni es cesado. Como ancha es Castilla, amigo Sancho, pues ahí está Juan Vivas, protegiendo al “Club de los fraccionamientos de contrato”, lo que únicamente deja entrever que él podría ser el verdadero precursor de estas prácticas irregulares a la vista de su permisividad en tolerarla con reiteración.

Yolanda Bel que une a sus fraccionamientos de pagos, la colocación irregular de su hermana en Colaboración Social y en los Planes de Empleo, como curriculum de cómo hay que aprovechar los cargos públicos en beneficio propio, ahora le ha surgido un discípulo aventajado en Premi Mirchandani, con todo un alarde de cómo ‘gestionar’ contratos al alza.

El despilfarro, el escándalo continuado, los presuntos fraccionamientos de contrato, el entramado de empresas bajo sospecha, no son campañas orquestadas contra Juan Vivas. Son el cúmulo de la poca vergüenza y la indignidad de un Gobierno con prácticas sórdidas y un olor a corrupción que apesta.

Y quien no hace correr cabezas para atajar estas situaciones, es mucho más corrupto que quienes las cometen a su amparo y protegidos por su tolerancia y complacencia.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto