Es lo más urgente que necesita la
política de hoy, en nuestro país, y por consiguiente,
también, lo necesita la propia sociedad.
Pero se necesita una regeneración, de verdad, y no un lavado
de cara pensando en las próximas elecciones, autonómicas y
municipales.
Y es que la gente ha comenzado a explotar y ahí están los
parados que tantos meses llevan a las puertas de la Ciudad y
que ante el montaje de las casetas de la Feria de Día han
dicho: “basta ya”.
Muy poco sano sería para el devenir de nuestra sociedad que
hubiera que seguir una táctica de este tipo ante hechos
concretos, por parte de quienes no tienen nada, pero mucho
menos sano es, ha sido y puede seguir siendo que, en ciertos
organismos, aparezcan como enchufadetes, cuñadísimos, que
uno no sabe lo que hacen, ni lo que saben hacer, sobrinos,
primos o amiguetes de toda la vida.
Y es que eso ya se está criticando desde dentro, por gentes
que, curiosamente, entraron de la misma forma y que ven como
se va llenando el “palomar” con “aves intrusas” que ocupan
cargos mejor remunerados y con mínimas responsabilidades.
Esto está pasando hoy, también, en Ceuta y es llamativo que
hace muy pocos días cuando a un alto cargo de aquí que se
refería a este medio, alguien le decía:”ahora van a ir por
tus sobrinas”. Al instante ese alto cargo llamaba a una
abogada cercana a él y le preguntaba que hasta donde llegaba
eso de la familiaridad directa. Lo que vino después ya se lo
imaginan, el síndrome de “congojonitis”.
Esta claro, lo hacen e ignoran todo lo que lleva consigo su
propia acción. Por eso digo que la regeneración tiene que
ser verdadera, devolviendo cada uno lo que se llevó
inmerecidamente, dejar de padrinazgos que siguen imperando,
también aquí, y haciendo de la política un servicio y no
“una carrera” para que unos cuantos vividores, algunos
incluso sin haber pegado un solo cartel, se pasen la vida
mirando hacia las estrellas, viviendo del cuento y además
considerándose unos auténticos “marajás”.
Y he dicho “marajás” y no majaras, aunque alguno de esos
“marajás” no tenga, ni siquiera la categoría de majaras.
El que parece que se lo ha tomado más en serio eso de dar un
nuevo aire al partido es el PSOE, por cuanto a Pérez
Rubalcaba, que se marcha con el síndrome de “¿a dónde voy?”,
por lo que se le avecina por la izquierda se le une ahora en
su salida Patxi López y los que vengan a continuación.
La marcha, pues, está muy bien pero el problema que deja es
de órdago y a eso hay que unir la serie de problemas de
Andalucía, con lo que podemos decir que todo esto son
simples brindis al sol, mientras que los verdaderos
problemas se enquistan, siguen enquistados y no hay quien se
atreva a afrontarlos de cara.
Los demás, concretamente el PP, no se atreven a nada, porque
hay tanto barro que salpicaría a más de la cuenta y eso es
lo que no quieren los “peperos” porque prefieren taparse los
que están implicados, con otros implicados más y la
regeneración dejarla pasar.
En definitiva, miran para ellos, no para salvar la sociedad
de la situación en la que está y del futuro tan denigrante
al que se tiende.
En definitiva que, la casta política ha traído el mal y esa
casta política prefiere la catástrofe antes de perder ellos
la “bicoca” que tienen, por ahora. Lo hemos dicho y lo vamos
a seguir diciendo, es esta casta la que está sobrando en
este país ahora mismo.
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