El presidente del Tribunal de Cuentas, Ramón Álvarez de
Miranda, señaló ayer que en la fiscalización de los
ejercicios 2010 y 2011 en la ciudad autónoma de Ceuta se han
detectado diversas irregularidades, como subvenciones
dudosas, demora en los pagos, deuda superior a la autorizada
o en personal. En la Comisión mixta Congreso-Senado para las
Relaciones con el Tribunal de Cuentas, Álvarez de Miranda ha
presentado el informe anual de fiscalización de Ceuta en los
ejercicios 2010 y 2011, cuyo borrador ya adelantó ‘EL
PUEBLO’.
Ha indicado que, al cierre de 2011, el sector público de la
ciudad estaba integrado, por la Administración General del
2Estado por siete organismos autónomos, diez sociedades
mercantiles, dos fundaciones y un consorcio. Entonces
estaban inactivas tres sociedades, así como una entidad de
derecho público.
Tras constatar el retraso -diez meses- con que fueron
rendidas las cuentas respecto al plazo establecido en 2010 y
cinco meses en 2011, aprecia que en 2012 se hizo en plazo.
En los dos ejercicios analizados, el grado de ejecución de
los créditos del presupuesto de gastos fue del 84 y 81 % y
de previsiones de ingresos del 94 y 92 %, respectivamente.
Sobre la estabilidad presupuestaria, el informe señala que,
a partir de 2007, dejó de estar especificado para Ceuta y
Melilla el objetivo de estabilidad presupuestaria, y que las
liquidaciones de ambos ejercicios presentaban necesidades de
financiación superiores a los límites fijados.
Sobre las medidas extraordinarias para facilitar el
saneamiento de las deudas pendientes con empresas y
autónomos para las entidades locales, Álvarez de Mirando
indicó que el seguimiento efectuado en 2010 y 2011 muestra
“desviaciones significativas” y “compromisos” de gastos e
ingresos no ajustados al “criterio de prudencia”.
Indicó además que los gastos de personal son elevados; que
la deuda comercial de la ciudad creció en un 46 % en el
período analizado e que incumple obligaciones sobre
morosidad, al haber sobrepasado el 64 % de los pagos en 2011
los plazos previstos.
En el ámbito de las subvenciones, el Tribunal observó
debilidades y carencias en estas ayudas, así como demoras en
la comunicación y traslado de expedientes en gestión
tributaria.
También indicó que la ciudad incrementó su endeudamiento
financiero en un 48% en los cinco últimos años, por lo que
sobrepasa los límites fijados, así como el de endeudamiento
y el de operaciones a corto plazo respecto a lo establecido
en el Estatuto de Autonomía. El riesgo de los avales
otorgados por la Administración General del Estado, subraya,
ascendía a finales de 2011 a 48,1 millones de euros.
En relación a la contratación pública afirma que hay
carencias, deficiencias e incumplimientos por ausencia de
justificación de la necesidad de contratación, así como
deficiente justificación e incumplimientos en los plazos de
ejecución de determinados contratos, según el Tribunal de
Cuentas.
Ha advertido también que de que los organismos autónomos del
sector público no habían adaptado sus estatutos al nuevo
régimen jurídico de modernización del gobierno local y que
en el sector público empresarial se constatan resultados de
explotación negativos antes de subvenciones en la “práctica
totalidad” de las empresas de Ceuta.
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¿“Conspiración” del Tribunal de Cuentas sobre la fiscalidad
de la Ciudad?
El Tribunal de Cuentas viene a
incidir, nuevamente, en graves irregularidades ya publicadas
por este medio y que ahora, tendrán la lectura particular
del Gobierno local. Juan Vivas, experto en jugar con los
números, demostrará el arte de prestidigitador económico
para hacernos ver que nada es lo que parece. Algo harto
difícil, pero que pondrá en cuestión ese principio que es un
axioma: las matemáticas no mienten. Pues Juan Vivas, será
capaz de demostrarnos que el Tribunal de Cuentas cuando
detecta irregularidades en la fiscalización de la Ciudad en
2010 y 2011, supone una “conspiración” que, a modo de
campaña emprendida contra él para derribarlo. Una
institución más que se une al “club” y que no acierta a
comprender las cuentas.
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