Como siempre que hay elecciones, y
es que los partidos políticos que en nada son sinceros, en
esto tratan de engañarse a sí mismos, cuando analizan los
resultados. Es lo mismo que el que juega una partida de
ajedrez, él solo, en el ordenador y trata de hacer trampas
para ganarse a sí mismo. De todas formas, ahora,
especialmente los dos grandes partidos han quedado muy
tocados.
Dejando de lado a los partidos, que están resultando ser la
auténtica tara democrática, en estos últimos años, lo cierto
es que las elecciones han dejado muy a las claras que el
personal está harto de todas las “fechorías y felonías” que
se vienen dando, nacidas unas y promovidas otras, por parte
de los que rigen o mal rigen la política de los diversos
países.
La gente está harta del enchufismo vergonzante que, a nivel
local, autonómico o nacional, se viene dando, mientras que
quienes no tienen un “padrino” lo están pasando mal, para
poder llegar a fin de mes.
La gente está harta de que cualquier grupo, en cuanto “toca
pelo”, lo primero que hace es meter la mano en el “talego” y
llevárselo crudo, además de que aquellos que son pillados
“in flagrante” empiezan por ser imputados, algunos
condenados, pero ninguno de ellos ha devuelto ni un real de
lo que se llevó.
La gente está harta de que todos quieran aparentar que
llevan “zapatos de charol”, cuando, a veces, no se puede
llevar ni alpargatas.
Nadie se explica por qué motivos en muchas adjudicaciones de
obras que cuestan un riñón, al final hay que aumentar varios
millones de más, por desfases que nadie entiende.
¿Para qué seguir?. Es lo que tenemos y es lo que se viene
ofreciendo a la sociedad que estamos viviendo, una sociedad
que cada vez tiene más dudas y que renegando de lo que se le
viene ofreciendo elige opciones que empiezan a poner en
peligro un futuro no muy lejano.
Y es que, cada vez se nota menos aquello que sería lo
normal, porque lo normal se está haciendo menos normal, día
a día. A mí, particularmente, me asombra que haya ciertos
grupos colocados en los extremos, de la derecha o de la
izquierda, que se van haciendo un hueco o se van
posicionando como auténticas alternativas a lo que hubo y
que pueden ser el principio del caos que se avecine.
Los extremos nunca fueron positivos, ni por la derecha, ni
por la izquierda, y el levantarse con tanta fuerza grupos de
extrema derecha o de extrema izquierda debe servir de aviso
a los otros para que no estén jugando con el porvenir de
todos.
Ahora bien, todos esos grupos de los extremos han empezado a
recoger frutos positivos, porque la alternancia de partidos
no se ha sabido “negociar” y aquí en lo único que se ha
pensado ha sido en mantenerse en el poder unas personas
incompetentes, o personas que serían muy válidos para una
legislatura que se apoltronan durante 10, 15, 20 o los años
que sean y hacen del pueblo, de la ciudad, de la comunidad
autonómica ... su cortijo particular, porque primero son
ellos y después el cielo.
No me alegra, ni mucho menos, lo que ha sucedido en las
elecciones del domingo, pero creo que puede ser positivo si
los “barandas” que están actuando tan en su provecho dejan
de hacer lo que han hecho y comienzan el camino de las
dimisiones.
Ceuta podría, debería, tendría que ser el primer ejemplo,
con dimisiones por estar ya gastados o cansados, como por
eso otro que no quiero repetir hoy. Comienza el camino del
“calvario”. Tiempo al tiempo.
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