Las hubo en blanco y negro,
muchas, las hay en colores o colorines, tantas como el que
más tiene y el Madrid es el único, hasta hoy, que ha llegado
ya a los dos dígitos. Algo es algo.
Interesante fue el campeonato y de infarto la final, entre
dos vecinos, los colchoneros del Manzanares y los merengues
de Chamartín.
La final tuvo todos los ingredientes que puede tener un
encuentro de este tipo, encuentro que fue visto por más de
mil millones de telespectadores, en todo el mundo.
El Madrid iba como siempre, como favorito, no podía ser de
otra forma. El Atlético de Madrid acudía en el mejor momento
de su historia, y la historia se repitió. El Madrid volvió a
ganar como en otras nueve ocasiones lo había hecho
anteriormente. El Atlético volvió a perder, es su sino, como
había perdido hace 40 años, en su anterior llegada a la
final.
Pero el Madrid no lo tuvo todo de color de rosa, porque
cuando iban 34 minutos de juego, un fallo garrafal de Iker
Casillas puso por delante en el marcador a los rojiblancos.
¿Y ahora qué?. Habría de todo, pero el Madrid no se suele
arrugar, en este tipo de circunstancias, y aunque seguía el
0-1, poco a poco se veían más acorralados los colchoneros,
eso sí, sin que llegara un nuevo gol, para ninguno de los
dos.
El gol tenía que llegar y llegó en el descuento por el
tiempo perdido, minuto 93, Sergio Ramos, de cabeza, logra el
1-1, a tan sólo dos minutos del final. El fantasma de 40
años antes había llegado.
Había que jugar la prórroga y en la prórroga el Atlético
estaba roto, sin gasolina y con la moral por los suelos, con
lo que el Madrid logró marcar otros tres tantos, y
establecía la goleada 4-1, uno de los resultados más
abultados de las finales de Champions. Así la copa vuelve a
las vitrinas que mejor acondicionadas están para que se la
pueda ver bien.
Media hora, o algo más, han dejado la historia donde estaba
y han dejado, también, al Atlético de Madrid en lo que
siempre fue, el “Pupas”, eso sí, en la mejor campaña
colchonera de todos los tiempos.
A los atléticos les volvió a asaltar la mala suerte de la
noche, cuando estaban a punto de cantar el alirón, otra vez
lo mismo que hace 40 años, volver a perder tras ir por
delante. En las dos ocasiones, hace 40 años, ante el Bayern
de München y ahora ante el Real Madrid, llegaron a la final,
tuvieron todo casi cogido y, al final, todo se les cayó de
las propias manos.
Durante muchos años, 40 para ser concretos, los colchoneros
han hablado de un jugador de nombre casi impronunciable,
Schwarzenberg, como el autor del 1-1, yo espero que a partir
de ahora las disculpas vayan por otros caminos y recuerden
perfectamente el nombre del autor del tanto del empate,
también de 1-1, Sergio Ramos.
La Cibeles volvió a ser visitada, este año por dos veces,
Neptuno, en esta ocasión, estuvo solitario, porque el balón
no quiso que una multitud bulliciosa fuera a molestarlo en
la noche del sábado al domingo.
La temporada ha sido larga, muy larga, las opiniones sobre
unos y sobre otros han sido muy variopintas y, fuera de esas
opiniones, la realidad ha estado en que el Madrid ganó la
Copa del Rey y la Champions, ante el Barça y ante el
Atlético de Madrid, el Atleti ganó la liga, eso sí con una
puntuación final de diez puntos menos que en los campeonatos
precedentes y el Barça se ha quedado en blanco, con lo que
se evitarán de hacer obras para ampliar sus estanterías de
los trofeos.
A partir de aquí, se hablará del Mundial, que espera a
España, la actual campeona, y ya veremos en qué condiciones
y con qué jugadores se va a viajar.
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