El Partido Popular de Ceuta ganó
ayer las elecciones europeas en nuestra ciudad, pero sin
embargo es el gran ‘perdedor’. Los comicios arrojaron unos
resultados catastróficos para el PP ceutí. En porcentaje de
votos ha pasado del 59,99% de 2009 al 40,34%, lo que supone
una sangría del 19,65% que cuantifican un total de 4.565
votos menos que hace cinco años y, desde luego, el peor
resultado electoral de los populares desde el 1.999, cuando
ganó las elecciones el GIL.
Los 6.330 votos obtenidos por el PP, por mucho que se
quieran poner “paños calientes” argumentando que estas
elecciones son europeas y que no tienen nada que ver con las
locales, lo cierto es que si extrapolamos los datos
(40,34%), supondría la pérdida de la mayoría absoluta para
el PP, algo que se viene produciendo desde 2003 tanto en las
autonómicas como en las nacionales y europeas, y que es la
consecuencia directa de la decepción de su electorado más
fiel, que viene comprobado cómo en los últimos años, la
gestión del Gobierno de Vivas es un completo desastre,
salpicada además de casos polémicos de corruptelas y
continuos escándalos.
La reflexión a la caída del PP hay que buscarla en el
descontento de “su gente” que hace cinco años apoyaron con
10.895 votos y un 59,99% de porcentaje, con bastante menos
abstención que en esta ocasión y que marcaba una tónica
porcentual de apoyo claro, algo que no se ha dado en las
actuales circunstancias de desafectación política.
Es obvio que los ceutíes han castigado a los políticos
locales con una abstención brutal que continúa subiendo en
Ceuta: el 73,20%, traducido a que, de 59.646 personas con
derecho a voto que solo lo hayan ejercido 15.988, supone que
subió en 5,80% la abstención en estos últimos comicios. Una
consecuencia directa del desencanto que sufre el electorado
por la forma de hacer política del Ejecutivo de Vivas.
Francisco Antonio González ya anticipó ayer que “los
partidos tendrán que tomar nota de la bajada. Yo estoy
sorprendido por la baja participación”, aseguró el delegado.
En todo este escenario, el Partido Popular de Ceuta, pese a
que “vende” que ha ganado, lo cierto es que la lectura de
los guarismos demuestra que ha sufrido un “castigo”
electoral a su nefasta política local que, en estas
circunstancias le haría perder la mayoría absoluta. La
debacle que ha sufrido es tal, que no pueden estar
contentos, porque marca una tendencia peligrosa, a un año
vista de las elecciones locales. Una tendencia que ya se
viene mostrando en la escasa afluencia de público a los
últimos actos organizados por el PP en Ceuta. Un barómetro
que merece un profundo estudio y la reflexión sobre cómo se
están empleando en la forma de hacer política.
El veredicto de las urnas no es una campaña en contra sino
el reflejo de cómo piensa la gente. Una manifestación
silenciosa que, en sí misma, lleva un mensaje claro: se
impone una catársis en el seno del Partido Popular de Ceuta
para cambiar de rumbo y endereza una zozobra que podría
llevar al naufragio en 2015.
Los últimos acontecimientos de la presente legislatura han
pasado factura electoral. Si el PP piensa en mejorar, ha de
convencerse que no se puede actuar de cualquier manera y no
pasar nada. Ayer, lo que pasó es que, aparte de que hubo
muchos votantes que castigaron al partido de Juan Vivas
“pasando” de ir a ejercer su derecho al voto, los que lo
hicieron mandaron un mensaje claro: por ahí, no. Una lectura
sabia que obliga a rectificar. En caso de no hacerlo, no
cabe lamentarse por los malos resultados dentro de un año.
Aún están a tiempo de enmendar la dinámica perversa que
llevan.
Mal haría el Partido Popular en realizar una lectura parcial
de su victoria. Se están jugando, ni más ni menos, que
conservar la mayoría absoluta o, decir que han ganado las
elecciones y verse en la oposición por no alcanzar el mínimo
para gobernar solos.
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