No debe haber nada oculto bajo el sol. La amenaza velada del
portavoz del Gobierno, Emilio Carreira, como argumento
intimidatorio, a quienes arremeten contra la consejera de
Empleo por el documento oficial de recomendación para su
hermana en Colaboración Social, no ha de ser cortapisa
alguna para destapar lo que haga falta.
Ni oposición ni sindicatos, han de verse inmersos en “y tú
más”, que envilece más que enaltece, los comportamientos de
quienes han de velar por la aplicación de la legalidad
vigente huyendo de corruptelas vergonzosas y partidista
cuando no arbitrarias e injustas. Que cada palo aguante su
vela: los ciudadanos tienen derecho a saber quien o quienes
se benefician de los privilegios a espaldas de todos. Si hay
que destapar la Caja de Pandora, se hace, caiga quien caiga
y así nos percataremos con quienes nos jugamos los cuartos.
No caben sorpresas; cabe la verdad. Quien o quienes hayan
recomendado personas o familiares, que asuman las
consecuencias del escarnio público y la vergüenza, si es que
la tienen, sean los que sean. Esta maniobra de distracción
no nos puede abstraer de descubrir la verdad y el fondo de
la cuestión: hay recomendaciones oficiales y se utilizan las
instituciones públicas para favorecer la colocación de
familiares.
La corrupción a la vista de que ésta es una forma habitual
de actuación como se ha dicho, es tan frecuente como
dispersa. De ahí que se haga necesario profundizar hasta el
fondo de la cuestión y llegar hasta las últimas
consecuencias.
Si no se clarifica esta situación, los cambalaches sembrarán
la sospecha en quienes tienen la responsabilidad y el poder,
de actuar con el ejercicio de la prioridad y la presión,
aunque también habría que ver la disposición del receptor de
esos documentos que tanto comprometen.
Ni Alí ni Carracao deben aceptar intimidaciones o
insinuaciones de encontrarse presuntamente implicados en
irregularidades, porque una reacción tibia y tardía ante
semejante escándalo los harías sospechoso de complicidad
ante los ojos de los ciudadanos. Si Carreira ha prometido
que se destapara el frasco de las esencias, que se haga y
así todos podamos comprobar el grado de consaguinidad o de
afinidad que hay en las colocaciones recomendadas.
El chanchulleo, pasteleo, o los cambalaches, son una
vergüenza, salidos de instancias oficiales en la actual
situación de crisis económica y alta tasa de desempleo.
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