El asunto de la colocación de la hermana de Yolanda Bel y el
intento de justificación del Gobierno se han convertido en
una especie de perversión del sistema. Si el tráfico de
influencias llevado a cabo por el Gobierno de Vivas resulta
vergonzoso, más lo es aún el comunicado de prensa emitido
ayer por el Ejecutivo, con el que pretende ‘tomar el pelo’ a
una ciudadanía meditabunda y confusa, aparte de indignada,
haciéndole ver que el documento que ayer publicábamos en
nuestras páginas carece de importancia y que “no tuvo efecto
alguno” en la posterior contratación de la hermana de la
consejera de Empleo. Es decir, que la hermana de Bel fue
seleccionada por el INEM por su alto grado de formación y
capacidad y no por la carta enviada desde la Ciudad.
La manía de Juan Vivas de tomar a los ciudadanos por tontos
o descerebrados es todo un insulto a la inteligencia y una
mofa insoportable. Parece que Juan Vivas desconoce que las
cartas de recomendación, con nombres y apellidos y DNI son
una fórmula rápida, torticera, irregular, impresentable y
objeto de presunto delito en una institución pública.
Es tal el endiosamiento de Vivas que ayer se atrevió a decir
textualmente que “no se prejuzgue y cuando se hable de que
no se ha empleado el procedimiento adecuado, eso se diga con
absoluta certeza, por lo menos respecto de la consumación
del procedimiento, porque no vayamos a confundir la
tentativa, el inicio, el trámite con la resolución, sería
una confusión absolutamente lamentable”. Increíble. En
realidad, el que debe estar confundido es el propio Vivas
porque incluso aceptado su argumento, él debería saber que
la tentativa constituye un delito, porque se entiende que el
autor piensa en el delito, lo inicia, lo pone en marcha
pero, por circunstancias ajenas a él, no puede ejecutarlo.
Pero es que además, su argumento es falso. Querer disimular
ahora esta aberración, haciéndonos creer que se trató de un
escrito sin ningún efecto, es bochornoso, porque finalmente,
la persona recomendada fue colocada. Juan Vivas confunde de
forma intencionada los términos y se hace el ingenuo cuando
no ha tenido el menor decoro en evitar situaciones de esta
naturaleza que constituyen, no ya un agravio comparativo
para tantísimos parados, sino un trato de favor, una
recomendación deleznable a una entidad pública desde otra
institución pública, que obliga a dimitir a todos los
causantes de esta ilegalidad.
Venir a dárselas ahora de dignos y de ingenuos es todavía
más insultante. Y cuando se cometen irregularidades hay que
asumir las consecuencias y depurar responsabilidades.
En efecto, los familiares del Gobierno no están vetados para
encontrar trabajo pero han de obtenerlo hacemos todos los
ciudadanos, no de esta manera, por via de la recomendación
oficial con membrete de una institución como la que usted
preside, señor Vivas. No cabe ya tanta poca vergüenza y
tanto descaro. No todo vale. Pida usted perdón a la
ciudadanía y cese a quien haya sido causante de esta
tropelía imperdonable. De lo contrario dimita usted. No
ponga más paños calientes ni justifique más estos
procedimientos que son un abuso de poder vergonzoso.
Los parados merecen mucho más respeto del que usted
demuestra. Y sepa que las cartas de recomendación no caben
desde las instituciones públicas. Ni como tentativa ni como
tentación. En lo que ustedes han hecho hay pecado. Y muy
grave.
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