No me cabe la menor duda de que
Caballas podría ser el auténtico “azote” del actual Gobierno
de la Ciudad, si todos sus componentes fueran en la misma
dirección, o si sus palabras fueran a tono con sus
actuaciones.Lo malo del caso, sin embargo, es que en los
plenos, cara a la galería, se dicen muchas cosas, pero luego
eso se queda en simple palabrería, en fuegos de artificio y
Aróstegui, especialmente, “hace de su capa un sayo” con sus
correspondientes pactos, y con eso toda la denuncia y la
palabrería se queda en agua de borrajas. Sin que nadie lo
dude, Mohamed Alí, por su cuenta y con los suyos de siempre,
daría mucho más juego del que está dando en ese “camastro
matrimonial” que en su día montaron con Aróstegui. Esta ha
sido una legislatura perdida para Caballas y de demasiada
tranquilidad para el Gobierno de la Ciudad que no ha tenido
que soportar ningún sobresalto, en todo este tiempo.
Esperemos al futuro.
No debo dejar pasar por alto que Mohamed Alí ha llegado a
decir:”Iremos a los juzgados si en los planes de empleo hay
enchufismo”, o esto otro muy parecido:”Estaremos vigilantes
para que el enchufismo no esté presente en los planes de
empleo”. Si no quieres caldo, toma tres tazas. Camino libre
debe tener Mohamed Alí, especialmente cuando en nuestra
edición de ayer jueves se denuncia un caso con “indicios” de
tráfico de influencias. Es lo que se ha dicho y es lo que ha
quedado escrito, ahora falta el paso siguiente, con eso de
“Palabras no, hechos sí”. Con el desarrollo de esto se verá
quien es quien y quedará reflejado todo, tanto si son meras
palabras como si hay hechos denunciables, detrás de las
palabras. Y eso sí, también en Caballas, Aróstegui
“durmiendo el caso y su salida a la escena”. Pues bien, para
que esto se vaya enfriando, Carreira aprovecha el fin de
campaña para calentar el ambiente en otros terrenos y así
“mata dos pájaros de un tiro”, hace que se olviden los
ceutíes de ese “posible” enchufe y, al mismo tiempo,
despierta a los indecisos del PP para que vayan a votar el
domingo. Carreira, apartado en tiempos no muy lejanos, de la
actividad política, ahora, desde que Juan Vivas tiró de él,
está aprovechando ese tirón para no volver a caer en el
ostracismo al que le llevó, en su momento, Pedro Gordillo. Y
yo no dudo de la valía de Carreira, en el cuerpo a cuerpo,
pero lo que sí me acarrea muchas dudas son sus
comportamientos y sus palabras que pasan la línea roja más
veces de la cuenta.
No sé si Carreira, de vez en cuando, padece de amnesia, o si
es que quiere entrar en los debates, con tantas mentiras
como tienen por costumbre entrar otros, y es que de no ser
así, Carreira no podría haber dicho que con Zapatero “Ceuta
no había sido nada”. Me mantengo en lo dicho, parece que
padece de amnesia, porque fue Zapatero en persona, como
presidente, no como un simple visitante, el que estuvo en
Ceuta, esto lo primero, otros habían venido antes como
simples paraguayos, y no me refiero a Adolfo Suárez, que
también vino como presidente. Y voy más lejos, fue con
Zapatero en el poder cuando los Reyes de España visitaron
Ceuta, con lo que eso significó, en aquel momento, para la
Ciudad. Me basta esto para hacerle ver a Carreira que anda
un poco desmemoriado, o que no se entera de lo que pasa y
pasó aquí.
Y luego el insulto a Carracao más parece la pelotera de
algún grupejo tabernario y barriobajero que de quien “ a
dedo” tiene un alto cargo y muy bien remunerado. Sólo por
eso, por la dignidad del cargo que a él le han
proporcionado, debiera haber esquivado esa palabra que no
debe entrar en unas relaciones, aunque sean malas, de dos de
las personas que se sientan muchas veces en los mismos
estrados. Uno que haya oído, sólo eso, de “raposo”,
encaminado al secretarios general del PSOE en Ceuta tiene
que dudar mucho de las buenas costumbres y formas de
comportarse de Carreira, con o sin cargo a dedo.
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