El Gobierno de la Ciudad no tiene
credibilidad. Convertir la mentira en fórmula de réplica,
argumentar de manera burda los escándalos y tratar de
confundir, no son los mejores elementos para neutralizar las
opiniones en contra o las críticas a una gestión política
chapucera que es toda una farsa. Cuando han tratado de
convertir las verdades crudas en campañas orquestadas, los
hechos han demostrado que no caben excusas ante las
situaciones irrefutables como sucede en el penúltimo timo
que nos han querido dar: la colocación a dedo y por
recomendación de la hermana de la consejera de Empleo,
Yolanda Bel. Un hecho que, por sí mismo y por higiene
política, requería la dimisión o el cese fulminante por
nepotismo y gravedad.
Este Gobierno y su presidente Vivas, se quieren mostrar
ajenos a los hechos comprobados y salen a tratar de
desmentir una información contundente: una colocación
familiar con intermediación de una institución como la
Ciudad Autónoma de Ceuta. Actúan como si éste fuera un caso
aislado y como si lo demás fueran rumores como Adelaida
Álvarez se encargó de minimizar días pasados cuando aludimos
a la falta de transparencia en las listas del Plan de
Empleo.
Estos “casos” van a estallar en la propia cara del Gobierno
de Juan Vivas. Se han firmado filiaridades más que
sospechosas. Hay más nombres y apellidos que vinculan a
trabajadores “recomendados” desde el Gobierno de la Ciudad
al SEPE, personas con nombres y apellidos allegados a
miembros del Ejecutivo. Aunque el presidente Vivas diga lo
contrario esta práctica ha sido y son una constante y no un
hecho aislado. Un escándalo de grandes dimensiones donde
solo “encuentran” trabajo los familiares de los políticos
que gobiernan, mientras el drama del paro no da signos de
mejora en Ceuta, con más de 13.000 desempleados, con 7.000
personas que acuden al banco de Alimentos y con un 40% de
personas en el umbral de la pobreza.Por todo ello, este
“culebrón” es una verguenza y requiere que el Gobierno de
Vivas pida perdón público y asuma responsabilidades de una
vez.
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