Con la documentaciónque dispone este periódico queda
meridianamente claro que el Gobierno de Vivas ha venido
utilizando el régimen de Colaboración Social y los Planes de
Empleo a su alcance para beneficiar a familiares y
simpatizantes del propio Ejecutivo y de su formación
política: el Partido Popular.
Además ahora, la totalidad de los Planes de Empleo ya han
sido asumidos por la Ciudad de Autónoma de Ceuta. Estamos
ante una idea que se lleva cocinando desde hace tiempo, y
que se ha convertido en realidad. Una de las primeras e
inmediatas consecuencias notorias de este hecho, la hemos
apreciado en la ausencia de publicidad del listado de
candidatos a los casi 250 puestos del Plan de Empleo para
jóvenes, que ha gestionado en el presente ejercicio la
propia Ciudad de Ceuta.
La publicidad de las listas con los aspirantes a las plazas
es un elemento clave para garantizar la transparencia, no ya
de cualquier proceso de selección en la administración
pública, sino especialmente de este proyecto de acceso a un
empleo del colectivo de jóvenes que en Ceuta alcanza una
mareante tasa de desempleo y donde estaban depositadas las
lógicas y fundadas esperanzas de miles de ceutíes. Hasta la
fecha, los listados de candidatos a los Planes de Empleo
dependientes de la Delegación del Gobierno venían
difundiéndose en los tablones de anuncios del SEPE y en los
diarios de información locales, proporcionando a los
interesados un mecanismo de control y de defensa de sus
intereses, algo propio y razonable cuando de un proceso
diáfano se refiere.
Sin embargo, el Gobierno de Vivas opta por la opacidad en el
proceso, ocultando los listados y, por tanto, cargando de
suspicacia el procedimiento. Con esta actitud, se ha
despertado todo tipo de sospechas, que empiezan a
confirmarse, sobre el procedimiento, tanto en régimen de
Colaboración Social como en Planes de Empleo, de aplicación
de los criterios y adjudicaciones de plazas; y por
consiguiente, se han levantado todo género de dudas y
especulaciones sobre el proceder de los responsables
políticos de la materia, esto es, la consejera de
Presidencia, Gobernación y Empleo: Yolanda Bel.
Las retorcidas habilidades de estos responsables políticos
para ocultar la realidad responde a un objetivo bien
planificado y definido; aunque muy a su pesar, el hecho no
está pasando desapercibido entre la ciudadanía, sobre todo
de los cientos de jóvenes que confiaban en una plaza para
trabajar en estos planes y que, hoy por hoy, cargados de
razón, miran con recelo el resultado del proceso de
adjudicación. Y es que, las consecuencias de este juego del
escondite están todavía por determinar y el asunto puede
abrir una nueva caja de los truenos en el Palacio de la
Plaza de África.
Pese a que presumiblemente el presidente Vivas y Yolanda Bel
puedan pensar que ha triunfado su tesis del ordeno y mando,
estoy en condiciones de poder asegurar que esta maniobra no
va a caer en saco roto, ya que existen indicios sólidos y
pruebas evidentes para afirmar que el Gobierno de Vivas
pudiera estar utilizando éste y otros mecanismos de manera
partidista y sectaria, abriendo la puerta trasera de la
institución a familiares y simpatizantes. Unos allegados
que, para su felicidad, a esta hora gozarán de un empleo en
la administración gracias a las maniobras de los
omnipotentes Vivas y Bel. De confirmarse estos indicios,
estaríamos ante un palmario ejemplo de cómo emplear de
manera perversa el dinero procedente de las contribuciones
de todos los ciudadanos. Causa común disfrazada de beneficio
propio.
Todo este ejercicio de oscurantismo político y ejemplo de lo
que no debe ser un proceso claro y transparente, se realiza,
para mayor aberración política, en un delicado momento de
profunda crisis en el empleo de Ceuta, con una escandalosa
tasa de desempleo y unos datos abrumadores de necesidades
acuciantes en multitud de familias que no disponen de lo
básico para subsistir, mientras el Gobierno de Vivas se
dedica a una prática basada en el “enchufismo” y el “tráfico
de influencia”, ante la que la Justicia debería actuar con
firmeza.
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