Buenos días, Ceuta.
Estamos viendo que somos incorregibles.
Los populares, dejaré de llamarlo peperos por decisión
propia porque ni siquiera merecen tal distinción esa gente,
siguen empeñados en esa campaña publicitaria de que España
va mejor, slogan reinventado por Aznar, con mentiras
podridas sueltas a troche y moche.
Para empezar, nos avergüenza que en Europa mencionen a los
populares como machos ignorantes por sus comentarios
machistas.
Ello conlleva que el candidato popular lo tenga crudo para
alcanzar a ver su ilusión convertida en realidad de ser
comisario europeo y los esfuerzos que haga por cambiar la
imagen no le servirán para nada. A cada momento demuestra su
condición de macho ibérico.
Sobre el manido tema de que el PP ha mejorado España, en
referencia a la economía y al paro, con explicaciones
subjetivas sobre los supuestos logros de su formación, les
pediría que hablaran con objetividad y sin agrandar los
datos que ofrecen cotidianamente y que son temporales.
Con datos reales en la mano, ni ha descendido el número de
parados ni han creado empleo. ¿Cómo?... porque solamente
ofrecen datos de las altas de trabajadores, casi el 90% de
ellos con contratos temporales de horas o semanas o con
reducción de jornada, sin ofrecer la contrapartida del
cierre de cientos de empresas y el consiguiente aumento de
parados.
Tampoco incluyen en sus proclamaciones la baja del censo de
las oficinas de empleo de toda España de cientos de miles de
parados por diversas razones: abandono de las ganas de
apuntarse, regreso a sus respectivos países de los
inmigrantes desilusionados, pasos a la condición de
jubilados, fallecimientos de parados de larga duración,
etc., aprovechando el descenso para tratar de confundir al
personal con que han mejorado la situación del empleo en el
país. Todo falso.
Un Gobierno que hace del patrimonio español una mercancía de
bajo coste nunca logrará sacar al país de una supuesta
crisis financiera, crisis que considero una especie de
cortina de humo para tapar otras cosas mucho más
importantes.
La cesión de instituciones oficiales al sistema privado
conlleva un destrucción plena de toda alternativa sobre
derechos sociales de la ciudadanía y de paso tener asegurado
su futuro, el de los populares, con ingresos muy por encima
del resto cuando por cualquier razón dejen de estar en esas
mismas instituciones oficiales.
Son colocados sistemáticamente en las mismas empresas
privatizadas, con lo que se quitan el miedo de que si
permanecen en esas mismas empresas pero con carácter
oficial, el próximo Gobierno elegido en las urnas los cesen.
¿Os habéis detenido a pensar el problema que conlleva esas
privatizaciones?, seguro que no.
‘Vender’ malamente las instituciones oficiales (sanidad y
vivienda entre ellas), conlleva que el Estado deja de
ingresar un alto porcentaje y cierre las puertas a la
creación de empleo… total para gastarse en unos días el
importe de esa ‘venta’.
Bien claro lo dicen los del PP en uno de esos eslóganes que
publicitan: “El futuro de España se gana voto a voto”, pero
ocultando lo que de verdad significa: “El futuro de ‘mi’
bolsillo se gana voto a voto”, pues está bien asentado de
que los populares consideran que ellos son España.
La auténtica filosofía del PP está retratada perfectamente
en casi todas sus actuaciones, sobre todo en el debate de
Cañete con Valenciano y en esa puesta en escena del
espantajo toledano.
Lo del espantajo toledano es totalmente inconcebible en un
partido político de gran envergadura como es el PP.
Que se abandone el pleno por no escuchar a una madre
desesperada cuya hija padece cáncer sólo ocurre en aquellas
instituciones donde merodea el fascismo más desesperante y
asqueroso.
Solo tengo una definición para esos miembros del PP que
dejaron con la palabra y el asombro en la boca de esa madre:
asesinos sin corazón.
No es de extrañar que se maten. Esta es la herencia que
reciben los del PP desde los tiempos del franquismo: los
debates y las disputas no se resuelven con el diálogo, se
resuelven con las armas. Entendiéndose por arma desde las de
fuego hasta las supuestamente legales como mancillar sin
cuento al contrario y hundirlo, mediante participación de
terceros, con acusaciones supuestamente legales y con
aquiescencia jurídica. Hoy no sigo bien.
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