El partido de la oposición en la
Asamblea Coalición Caballas acusa al Gobierno de la Ciudad
de despilfarro y de nula sensibilidad con los fondos
públicos, no ya por su gestión deficitaria en Acuicultura
Ceuta, sino por el gasto originado para abonar a una empresa
externa la contabilidad de esta entidad que desde el año
2008 no tiene actividad. Esta denuncia no ha sido contestada
aún por el Ejecutivo de Juan Vivas que, cuando salen a la
luz pública críticas que no son de su agrado, opta por
emplear la táctica del avestruz o las denomina campañas en
contra del presidente. Aunque ninguna de las opciones les va
a servir durante mucho tiempo.
Esta situación de “eutanasia pasiva” como definió Caballas
la conducta que se está siguiendo con Acuicultura, bien
merece una justificación convincente y que alguien se
responsabilice de tanta alegría con la utilización de los
fondos públicos, como antes había sucedido en el caso
Urbaser y mas recientemente con el abono de los 350.000
euros de gasto eléctrico a la misma empresa en la Planta de
Transferencias de Residuos. Esta sangría de gastos han de
tener fin.
La relación de facturas mensuales que se han abonado, año
tras año por una empresa sin actividad es una descarada mofa
al ciudadano que, a través de sus impuestos, y con mucho
esfuerzo, trata de aguantar la presión fiscal para que
luego, el Gobierno de Juan Vivas, despilfarre a manos
llenas, ese dinero público que se cobra con el sufrimiento
de la gente. Lo que en cualquier empresa privada supondría
la depuración de sus gestores, en el Ayuntamiento de Ceuta,
el Gobierno actúa con impunidad. Acuicultura ha sido siempre
una ruina de empresa, por mucho dinero que se le inyectara
y, aún hoy, pese a encontrarse inactiva, sigue generando
pérdidas con el beneplácito del Gobierno. ¿Nadie va a pagar
por estos excesos? ¿En el Gobierno de Vivas vale todo?
Responsabilidades políticas: nunca jamás
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