Comisiones Obreras ha vuelto a advertir, a través de una
nota de prensa a los medios de comunicación, acerca “del
castigo sufrido por los trabajadores del INGESA, represión
evidenciada en esta ocasión por la aplicación más
restrictiva posible de la normativa de vacaciones, permisos
y licencias recién dictada por el INGESA sin el acuerdo de
ninguno de los representantes de los trabajadores”.
El sindicatos afirman haber “constatado que esta situación,
que afecta a todo el personal, no solo se ha mantenido sino
que ha empeorado”, asegurando que “tras la publicación de
las instrucciones para vacaciones”, viene encontrando
“compañeros a los que se les están poniendo las cortapisas
más peregrinas con tal de cercenar al máximo el derecho a
disfrutar de las vacaciones”. CCOO acusa al gerente de cer
“gala una vez más, de su nula preocupación por los
trabajadores”, decidieno “interpretar el acuerdo de la forma
más perjudicial para el personal del INGESA. Hemos
comprobado que en la ciudad hermana no existe ningún tipo de
problema en este aspecto, la aplicación de las instrucciones
con coherencia y sin mayor animo de perjuicio, ha permitido
que los trabajadores de la sanidad melillense encuentren
muchos menos obstáculos”.
El sindicato lamenta que “por desgracia la escasez de
habilidades gestoras de nuestro gerente se ha traducido, no
ya en rigidez sino que ha llegado a usar una actitud de
amenaza a los trabajadores sobre el cumplimiento de la
jornada. El señor Cabezas, obvia no solo que nos han
aplicado unas instrucciones que empeoran las aplicables en
la misma materia al resto de los empleados públicos, sino
que en algunos aspectos es más exigente que los del sector
privado”.
Para CCOO la cuestión “es que la aplicación de las
instrucciones sobre vacaciones es sólo una más en la ristra
de agresiones laborales que el señor gerente viene
perpetrando con toda la amplitud que le permite la potestad
de su cargo. A la denegación gratuita de algo tan simbólico
como fueron las horas de feria podemos añadir la marginación
de la atención primaria, la ausencia de diálogo con
prácticamente todos los representantes de los trabajadores,
la progresiva pérdida de plazas que se van quedando sin
cubrir o las formas dictatoriales que suele usar”,
destacando desde el sindicato que “todo esto en una
coyuntura de crisis en las que los trabajadores estamos
soportando mermas salariales, incremento horario, mengua de
días libres, aumento de la carga de trabajo por la
disminución efectiva de personal. A esto debemos sumar el
padecimiento de un gerente que por incapacidad o, podríamos
pensar, por puro sadismo se ha convertido en el principal
elemento de crispación de los trabajadores, de hecho por
activa y pasiva prácticamente todos los sindicatos hemos
pedido su dimisión a Madrid”. Las críticas de CCOO a Cabezas
no se quedan ahí, ya que subrayan que “se ha convertido en
un obstáculo para el normal desempeño de la labor de los
trabajadores y sus representantes”, por lo que le instan a
dejarse “de amenazas y comience a responder con justicia al
esfuerzo y sacrificio de los trabajadores”.
Para el sindicato, Cabezas “podría empezar por reconocer el
solapamiento de jornada que supone el cambio de guardia que
diariamente hacen enfermeras o técnicos en cuidados de
enfermería, o permitir al personal administrativo la
flexibilidad horaria que se ha denegado de la forma más
arbitraria a pesar de que esa flexibilidad podía revertir en
un mejor funcionamiento de los diferentes servicios”, e
intentar asimilar que “gestionar personas implica como
elemento primordial su motivación”. Adecás le insta a dejar
“de usar de forma generalizada los contratos por necesidad
de servicio que, salvo llamativas excepciones, se convierten
en una forma de mantener al trabajador en una constante
inestabilidad al desconocer si el mes siguiente continuará
trabajando. Comience a cubrir adecuadamente la plantilla con
contratos estables y de larga duración. Encuentre a un
coordinador para el centro de Salud del Tarajal, en
permanente estado de obras...paralizadas. O mejor, quizá lo
primero que debe hacer, es llevar a cabo lo que practican en
un curioso programa televisivo llamado “el jefe” en el que
directivos de diferentes empresas se disfrazan para ocupar
distintos puestos en la empresa que gestionan”.
CCOO tira de la ironía para afirmar que “no hace falta que
sufra una transformación física excesiva, no es necesario
demasiado maquillaje o un afeitado integral...al fin al cabo
después de los años que lleva en Ceuta apenas si habrá
pisado un 10% de los servicios que gestiona. En resumen
póngase el pijama blanco de trabajo y aplíquese empujando
una cama usted solo a través de esos pasillos kilométricos
mientras le urgen por teléfono a acudir a nuevos servicios,
o vaya a alguna de las plantas de hospitalización a dar
carreras por los pasillos, o siéntese para ver de un tirón
70 personas en alguna consulta de primaria o póngase a dar
cita en cualquiera de los servicios administrativos
completamente colapsados mientras lidia con la más que
justificada indignación del usuario por las horas de espera
que lleva”.
Dejando a un lado la ironía, CCOO quiere hacer hincapié en
que “lejos de aportar una gestión cercana y razonable el
señor Cabezas parece centrado en cobrar el máximo de
productividad (que después negará a sus trabajadores) o
puede que pase las horas pensando en alguna recompensa a su
vuelta a Madrid pero desde luego lo que demuestran sus
actitudes y decisiones diarias es que sus última
preocupación es el trato justo a sus trabajadores. La
aplicación de los recortes que han encargado a este
individuo se ha ido transformando en una labor destructora
de puestos de trabajo y desmotivadora de todo el personal
que sufre sus decisiones. ¿No ha llegado ya el momento de
que alguien ponga fin a esta situación?”, concluye su nota
CCOO.
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