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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 14 DE MAYO DE 2014

 
OPINIÓN / CARTAS AL DIRECTOR

El doble discurso político de Vivas

Por Alejandro S.


En política, a veces la memoria es débil o los políticos, con aquél axioma de que aquélla hace extraños compañeros de cama, se envuelven en un halo de cinismo mayúsculo y son capaces de negar la mayor sin inmutarse. En un ámbito de necesarias ayudas, de complementarse, de la necesidad que tiene Ceuta por sus características de las subvenciones del Estado, Juan Vivas en la vorágine de una campaña electoral mustia, se empeña en salirse de contexto y disparara “boutades”, radicalizando su discurso.

No le duelen prendas, con gesto irreconocible y cicatero, en olvidar todas sus lisonjas, aquéllos piropos hacia el Gobierno socialista de Madrid que le llevó a tal estado de entusiasmo que cuando escuchábamos sus discursos, parecía más socialista que el ministro visitante de turno o que el propio Zapatero al que ahora critica con sus palabras.

Aquéllos entusiasmos eran consecuencia de lo que Juan Vivas denominaba “lealtad institucional”, la misma que ahora obvia intencionadamente para subirse al carro del ataque a quienes él mismo alabó en unos discursos que desprendían un “peloteo” impropio de alguien del Partido Popular.

En este ejercicio de desvarío, Juan Vivas ha debido olvidarse de cuando dio la nota entre sus compañeros del Partido Popular y, en vez de oponerse al modelo de financiación autonómica socialista, mandó a Paco Márquez para que lo apoyara, desmarcándose de la ciudad hermana de Melilla, “por el bien de Ceuta -dijo-”, cuya recompensa la obtuvo en forma de mayor número de fondos que Melilla. En aquél momento, Juan Vivas dijo que Ceuta estaba por encima de su partido y, hasta llegó a insinuar que el propio Mariano Rajoy entendía su postura, ya que la disidencia de Ceuta con el resto de autonomías “populares” era una raya en el agua.

No se puede olvidar Juan Vivas de su pasado reciente, de su conducta de “peloteo” al PSOE por el bien de Ceuta, para ahora denigrar a Zapatero y al Gobierno socialista que aportó dinero para inversiones en Ceuta y cuyo vínculo con nuestra ciudad y su presidente han sido ocho de los trece años de gobierno Vivas.

No se puede ser tan desleal ahora cuando se hizo gala antaño de lealtad institucional, ni tan desmemoriado, ni olvidadizo, ni tan cínico. El denominado “presidente de los elogios” (las hemerotecas son un buen filón), no puede pasar en la actualidad por ser el azote de los socialistas a quienes tanto les debe, al menos, la atención de que fue objeto como presidente de los ceutíes y la visita del presidente del Gobierno socialista a nuestra ciudad. Un presidente que incluyó, no lo olvide Juan Vivas, en la agenda de la Casa del Rey la histórica visita de S.S. M.M. los Reyes de España.¿O ha pensado alguna vez Juan Vivas que el presidente del Gobierno y los Reyes vinieron a Ceuta por su cara bonita?

No creíamos que las siglas le hacían desvariar tanto y perder la cordura y la sensatez. En la vida, el refranero dice que es de bien nacido ser agradecido y Juan Vivas está demostrando por unas elecciones mustias que su nivel de agradecimiento se encuentra bajo mínimos.

Los hechos, su conducta, le dejan en muy mal lugar. Se requiere más entereza, mayor personalidad y un talante político acorde con las circunstancias que ha vivido y los comportamientos que ha tenido. Jugar al Robinson Crusoe de la política ceutí, a decirnos a los socialistas para llevar a cabo su política local, es insultar nuestra inteligencia y conducirnos a una sinrazón tan etérea como absurda.

Señor Vivas, baje de la nube y ponga los pies en el suelo. Los socialistas, serán muy malos (tal vez le han dicho a usted que lo diga), pero mírese al espejo del pasado reciente y no haga más el ridículo, hombre.
 

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