Los vecinos de Benzú están preocupados por la continuidad de
varios servicios que consideran básicos en la barriada, como
la Unidad de Trabajo Social (UTS) y el agente de policía
que, entre las 8.00 y las 15.00 horas, vela porque todo
transcurra con normalidad. Los rumores apuntan a que este
agente puede dejar de acudir a la barriada y, además, se han
enterado por los medios de comunicación de que la Ciudad
pretende clausurar la UTS. No saben cuándo, ni las
repercusiones que tendrá para la barriada ya que, al
parecer, este cierre se lleva a cabo como paso previo a la
creación de una sede fija de Servicios Sociales. Pero, la
presidenta de la barriada, Rahma Mokhlis, lamenta que nadie
se haya puesto en contacto con ella para trasmitirle los
pasos que se van a dar.
Piden alternativas
Los vecinos temen que esta sea una maniobra para “poco a
poco recortar los servicios en la barriada” y así lo
transmite su presidenta. Mokhlis recuerda que Benzú es una
zona periférica cuyos habitantes tienen pocos recursos y en
muchas ocasiones “ni siquiera pueden coger el autobús para
ir al centro” por falta de ingresos. “Tenemos derecho a
tener servicios básicos”, manifiesta, temiendo que la UTS se
cierre y no les den más alternativa que acudir al centro
para ser atendidos por Servicios Sociales.
De hecho, y así lo recuerda Mokhlis, una de las peticiones
de la barriada es poner en marcha un servicio de autobús
gratuito para los jóvenes alumnos, que no tienen como llegar
a sus centros de formación. La presidenta de Benzú cuenta
que algunas veces no han podido ir a clase “por no tenían
dinero para el autobús”. “Pero dicen que no hay fondos”,
lamenta para recordar que Benzú es “una barriada precaria”.
Mokhlis no entiende cómo la barriada no ha avanzado en los
últimos años a pesar de las inversiones de fondos europeos
destinadas a Benzú. “No hay avance, sino declive”, dice.
Sin noticias del plan especial
Sobre el plan estratégico para la barriada que anunció el
Gobierno local todavía no tiene noticia. “Estoy esperando a
que la consejera de Fomento se ponga en contacto conmigo”,
manifiesta Mokhlis que espera una explicación de este plan,
así como del Plan General de Ordenación Urbana que se prevé
aprobar en breve. Mientras, los vecinos siguen con su lucha
por regularizar la situación de las casas que se vieron
amenazas por los expedientes de derribo abiertos por
Delegación del Gobierno a finales de 2013. Casi todos ellos
se cerraron, pero cuatro siguen abiertos.
Los vecinos defienden que han pagado su catastro
puntualmente cada año y, algunos, incluso han presentado
documentos de cuando sus padres o abuelos compraron la
parcela. La lucha por parte de estos vecinos ha sido intensa
e incluso salieron a la calle bajo el lema ‘Benzú no se
derriba’. Por su parte, desde la Ciudad Autónoma les han
garantizado en todo momento su realojo, en caso de que
siguieran adelante los derribos. Ellos piden que no se les
mueva de Benzú.
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