LUNES 5.
Fue Chirac, político francés, muy estirado él, quien afirmó
que el buen empleo del idioma contribuye a mejorar la
calidad de vida. Lo cual supone que emplearlo mal agudiza
las aflicciones que solos o en conjunto padecemos. Así que,
de cuando en cuando, le hago caso y busco inmediatamente ‘El
Dardo en la Palabra’ de Fernando Lázaro Carreter. Ni
que decir tiene que al abrirlo por el centro me topo sin
querer con el dardo que habla acerca de la incorrección
cometida por quienes hablan y escriben de ‘penalties’ en vez
de penaltis. Y me encuentro, una vez más, con la descripción
que hace de la pena máxima. Y no me resisto a contarla.
“Acompaña al penalti el romántico patetismo del duelo, con
sus pasos contados, armas a punto, y dos hombres tensos –dos
sistemas nerviosos hechos cuerdas de violín- aguardando la
señal del disparo. Las masas modernas añaden al momento el
silencio de miles de gargantas, acongojadas por si uno mete
o el otro para. Quien va a tirar, seguro que siente achicada
la portería, reducida a la anchura de una rendija; al que la
guarda, debe convertírsele en plaza mayor, más aún, en
pampa. Y de pronto… Bueno, de pronto, España a España,
porque falló”. Eran otros tiempos y a España le sucedían
cosas así.
Martes. 6
Me tropiezo con Juan Antonio García Ponferrada:
gerente del Instituto Ceutí de Deportes y aficionado al
fútbol. Fue verme y ponerme al tanto de que estaba de
acuerdo en lo escrito por mí sobre la alineación que había
hecho Carlo Ancelotti en el partido del Madrid frente
al Valencia. En la que critico sobremanera la composición de
una línea de volantes en la que todos sus componentes suelen
jugar a paso de carreta rociera. Yerro que puede haberle
costado la pérdida de la Liga BBVA al Madrid. Otro detalle,
digno de ser destacado, le dije yo, fue el comportamiento
lamentable, y del cual no se ha hablado apenas nada, de
Cristiano Ronaldo recriminando a Diego López por no
haber evitado éste el remate de cabeza de Mathieu en
el área pequeña. CR, conviene decirlo, jamás ha sido capaz
de tener malos modos con Iker Casillas. Cuando éste
lleva años y años ‘cantando’ más y mejor que Plácido
Domingo en esta clase de jugadas. La estrella madridista
no necesita hacerse notar de esa manera para ganarse a la
claque que aplaude a Casillas hasta cuando… ustedes ya
saben.
Miércoles. 7
El Madrid empata en Valladolid y le pone la Liga a huevo al
Fútbol Club Barcelona. Un Madrid cansado, y con un medio
campo donde Isco no hizo nada práctico en los muchísimos
minutos que estuvo jugando, acabó siendo víctima de los
despropósitos que viene cometiendo su entrenador. El primero
de ellos fue hacerle caso a la prensa y darle la titularidad
a Casillas. Que si no encajó más goles fue porque los
vallisoletanos no se distinguen precisamente por molestar a
los guardametas contrarios. Sin Manucho, jugador muy
alto y aguerrido, Iker podía respirar tranquilo. Sobre todo
en los saques de esquina. No obstante, la cara del santo era
un poema. Se le nota a la legua que no tiene confianza
alguna. El empate de los locales se veía venir. Ya que
cuando decidieron ir a por todas se encontraron con el
regalo de los saques de puerta que hacía el muchacho de
Móstoles. Casi todos ellos propiciaban ataques de los
locales. Estaba mal situado en el gol y en su estirada se ve
perfectamente que llega tarde. Mucho me temo que a partir de
ahora el gran capitán (!) terminará siendo una rémora para
su equipo. Tampoco conviene echar en saco roto la debilidad
del medio campo merengue. Zona en la cual sólo Modric
y Di María aportan cosas. Sin Xabi Alonso en
Portugal, no sé cómo no se le han ido dando minutos a
Casemiro y sí a Illarramendi. Ojalá que la campaña
hecha contra Diego López, durante tantos meses, por
parte de los medios, no la pague el Madrid por algo que es
fácil de apreciar: a los dos porteros les está pudiendo la
presión. En el caso de DL es normal. Pues han tratado de
desestabilizarlo en todo momento. En Casillas, sin embargo,
ha sido su deslealtad y sus precariedades las que le están
pasando factura. El Atlético de Madrid podría explotar
semejante tesitura en la final de la Champions League.
Jueves. 8
Leo lo que dice Pepe Gil, presidente del Ceuta, y
entiendo perfectamente los malos momentos que han tenido que
vivir todas las personas amantes del club -me imagino que
pocas, dos o tres a lo sumo-, durante los primeros meses de
la temporada que está a punto de terminar felizmente.
Recuerdo las muchas trabas que se le fueron poniendo al
equipo en todos los aspectos. Dificultades sorteadas
mediante el férreo deseo de sus dirigentes de que no se
perdiera el primer equipo de la ciudad. Esa voluntad, porque
es la que primó por encima de todo, unida a los
conocimientos de los directivos, ha sido la que le ha
permitido al equipo clasificarse para jugar una promoción de
ascenso. La que puede ser más llevadera si acaso el San
Roque de Lepe es derrotado el domingo en el Murube. Ni que
decir tiene que el trabajo de los directivos, dos o tres, se
ha visto compensado por el rendimiento de los futbolistas y
la labor, extraordinaria, de sus técnicos. Albricias.
Viernes. 9
Me llama un conocido de toda la vida para preguntarme por
cómo me hallo de mis dolencias en una rodilla, y le digo que
no todo lo bien que yo quisiera. Aunque trato de hacerme el
fuerte y sigo caminando hasta que el dolor intenta salirse
de madre. Pero la llamada del conocido, por más que éste
aproveche el introito para interesarse por mi estado físico,
tiene como interés primordial ponerme al tanto de algunas
corrupciones que se están produciendo en sitios que todos
deberíamos conocer. Por lo que desea reunirse conmigo cuanto
antes para charlar al respecto. Le digo que antes del lunes
me resulta imposible acudir a su cita. Y quedamos de
acuerdo. En fin, que ya veremos en qué queda semejante
confesión. Ahora bien, la denuncia de corrupción, sin
pruebas evidentes, suele quedarse en papel mojado. Eso sí,
habrá que prestarle atención al asunto
Sábado. 10
Con Emilio Carreira nunca tuve yo ni buenas ni malas
relaciones. Tal vez porque siempre nos dio por mantener las
distancias. No sé si por respeto, prevención o cálculo. Pero
lo que sí sé es que esa actitud me vale a mí y creo que a
él, en estos momentos, para hablarnos sin tener que echar
mano de los consabidos circunloquios. Emilio, como portavoz
del Gobierno, se está tragando sapos que, puestos en el fiel
de una balanza, podrían pesar una tonelada. El último ha
sido reconocer que las facturas de la luz de Urbaser,
procedentes de la Planta de Transferencia de Residuos, las
ha estado pagando el gobierno. Vamos, desde hace la friolera
de cuatro años. Que fue cuando Yolanda Bel, consejera
de Medio Ambiente, entonces, celebraba el hecho de que esa
empresa hubiera ganado un concurso que tanto beneficio le
iba a reportar a la Ciudad. Dicen, y yo no tengo por qué
rebatirlo, que cuando uno se zampa un sapo, deja el camino
expedito para todos los que vengan detrás. Así que, estimado
Emilio, me vas a permitir que te diga lo que es habitual en
casos como el tuyo: no te arriendo la ganancia. Aunque sean
muchas.
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