Decíamos ayer, o anteayer, da lo
mismo, cómo Yolanda Bel y su Pigmalión, que es
nuestro alcalde, han decidido, definitivamente, refugiarse
en el burladero de la tranquilidad, mientras el portavoz del
Gobierno, Emilio Carreira, no da abasto a sacarles
las castañas del fuego a ambos.
Ambos se entienden inmejorablemente. Ella, consejera de
Presidencia, Gobernación y Empleo, habla maravillas de
Vivas. Le profesa una devoción casi enfermiza. Tiene
fijación con él. Así que la simple mención de su nombre hace
posible que su rostro adquiera un rubor de misticismo
asombroso.
Él, alcalde todopoderoso, situado en la cresta de la ola y
convencido de tener una facultad innata de atraer o seducir
a las gentes, debido a ese don carismático que él cree que
le ha sido conferido por gracia divina, hace ya mucho tiempo
que no tiene ojos más que para YB. Y, claro, vive pendiente
de ella. Absorto en su contemplación. De manera que a mí
nunca me ha sorprendido lo más mínimo cuando ha salido a la
palestra poniendo la mano en el fuego ante cualquier
actuación improcedente de la consejera. Aun a sabiendas
nuestro alcalde de que se exponía a ingresar en la Unidad de
Quemados del Hospital Universitario.
Yo no creo que la atracción de nuestro alcalde por su
consejera y viceversa sea una atracción fatal. Ni mucho
menos. Pero si me atrevo a decir que tienen muchas cosas en
común y que les ha valido para ir afrontando, cogidos de la
mano, hasta hace nada, todos los problemas que se les iban
presentando. Formando un tándem muy sincronizado. Tan
sincronizado como para que ni siquiera Aróstegui se
haya atrevido nunca a interrumpir tan acorde pedaleo.
Pero nuestro alcalde, a pesar de su condición de bajito
-también lo era su admirado Napoleón y mi admirado
Al Capone-, es consciente de que un jefe de la cosa ha
de tener muy cerca de él a alguien que tenga las ideas muy
claras y que se guste en el desempeño de su cometido desde
el atril.
Y, lógicamente, no dudó en recuperar a Emilio Carreira como
portavoz del gobierno y asimismo sustituto de Guillermo
Martínez en Hacienda. Un acierto que conviene
adjudicarle a nuestro alcalde. Debido a que YB no daba pie
con bola y Vivas, viéndola deprimida, se venía abajo
considerablemente.
EC había estado una temporada escribiendo, pensando y
actuando en ACEMSA; lo cual no es moco de pavo. Y, desde
luego, acudió a la llamada de nuestro alcalde pletórico de
entusiasmo y dispuesto a decir aquí estoy yo… Y a fe que sus
actuaciones fueron devolviendo la tranquilidad a la pareja
que se había visto desbordada por las denuncias.
Ahora bien, cuando YB y su Pigmalión se las prometían muy
felices, al verse libre de polvo y paja, sin esa carga tan
pesada de tener que rendir cuentas y mucho menos dar
explicaciones de nada, porque ya se bastaba y se sobraba
Carreira, a éste le fallaron las fuerzas y hubo de pasarse
una temporada fuera de concurso.
Su regreso al cargo, afortunadamente, ha hecho posible que
Bel y Vivas hayan vuelto a taparse en el burladero de la
tranquilidad, mientras el portavoz, que se atreve con todo,
ha tenido que tragarse un nuevo sapo: las facturas de la luz
pagadas indebidamente a Urbaser. Carreira, sin duda alguna,
debe estar muy bien remunerado.
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