Tasio Oliver es el número ocho de la lista de IU a las
elecciones Europeas y se encuentra en la ciudad para
trasladar el proyecto del partido de cara a Europa. En una
entrevista con EL PUEBLO, Oliver cuenta como el objetivo es
recuperar la socialdemocracia que “se echa de menos” y que
los ciudadanos reclaman. Aunque desde IU son conscientes de
que el descrédito político es un problema en estas
elecciones, ellos quieren presentar a los ciudadanos un
proyecto en con el que es posible generar empleo a través de
reformas fiscales y la apuesta por sectores emergentes,
según traslada Oliver. Mientras, sobre la polémica en las
fronteras, IU cree en que Europa debe apostar por la
cooperación con los países de origen de los inmigrantes.
Pregunta.- Las encuestas auguran buenos resultados para IU,
que ganaría entre cuatro o cinco escaños en Europa, ¿cómo se
toman desde el partido estas estimaciones?
Respuesta.- Lo tomamos como un respaldo a todas las
propuestas y el trabajo que IU ha hecho en este tiempo,
aunque no somos partidarios de tenerlas muy en cuenta. Lo
que está claro es que, a nivel de calle, la música de IU
ahora le suena bien a más gente y llega donde antes no lo
hacía.
P.- ¿Qué ha cambiado para que el partido llegue a donde
antes no lo hacía?
R.- Lo hemos hecho bien nosotros y lo han hecho
rematadamente mal el PP y el PSOE.
P.- ¿Creen que el voto castigo les va a beneficiar o no
quieren que se les vea como la forma de castigar al PSOE o
el PP?
R.- Es la primera vez en la historia de la democracia
española en la que no se puede hablar simplemente de voto
castigo. Habrá una parte que lo sea, pero otra muy
importante refrendará la apuesta por un modelo diferente.
Nosotros creemos que en los últimos cuatro años se han
evidenciado una connivencia de determinadas élites del PSOE
y el PP con las grandes empresas, y por eso se apostará por
otra música.
P.- ¿Una apuesta también por una mayor participación
ciudadana?
R.- Sí. El sistema está obsoleto y ni instituciones ni
partidos han respondido a las exigencias ciudadanas. Hace
falta cambiar las tornas y ahí está IU, con un discurso
ilusionante en el que reivindica la política como poder que
se contraponga a otros poderes como la macroeconomía.
Nosotros hablamos de recuperar la socialdemocracia que ha
sido desmantelada, que se redistribuya la riqueza y
recuperar la capacidad del Estado para intervenir en
sectores estratégicos. Lo que no quiere decir estatalizar,
sino que no vengan decisiones impuestas desde Bruselas y
nuestro Congreso no tenga posibilidad de actuación. Si no
recuperamos las rienda de la política, siempre se van a
tomar las decisiones en un sentido y no en el del bien para
la mayoría.
P.- ¿IU aboga por una España más independiente de Europa?
R.- Antes había una izquierda más euroescéptica, pero la
apuesta ahora es más europeista. Queremos más Europa, pero
una Europa diferente, que se constituya políticamente,
porque se toman las decisiones de una manera muy opaca, y
que de un giro hacia un modelo social. Una de las banderas
que levantaba Europa era la de ser una tercera vía entre el
estatalismo soviético y el capitalismo salvaje. Ahí estaba
Europa y queremos recuperar la socialdemocracia que hoy se
echa de menos.
P.- Habla de recuperar el poder de la política cuando la
sociedad recela de los políticos, ¿cómo se puede recuperar
la confianza de los ciudadanos?
R.- IU siempre ha estado en el mismo sitio y nunca se le ha
relacionado con sobres ni puertas giratorias. Para nosotros
recuperar la visión de la política con mayúsculas es la
única salida a los símbolos que ya se están viendo en Europa
y que puede acabar en un ascenso de opciones más fascistas.
La idea es decirle al ciudadano que tiene una opción que
habla de proyectos como reformas fiscales o fomentar
determinados sectores para generar hasta once millones de
empleos.
P.- Desde Ceuta se pide más implicación de Europa en la
defensa de las fronteras, ¿cómo lo ve IU?
R.- Europa tiene que homogeneizar la política de protección
de fronteras, pero España no puede echar balones fuera
cuando su gestión es chapucera y achacar a Europa los
problemas que el Gobierno podría haber gestionado de otra
manera.
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