En cada comicios electorales, los ciudadanos depositamos
nuestra confianza en aquellos políticos que creemos que van
hacer el mejor trabajo para el bien de Ceuta, dentro de la
libertad y la convivencia. El juramento o la promesa que
realizan al ocupar su cargo publico, debe ser un contrato
sagrado e inalterable entre el político y el pueblo que le
ha votado. El incumplimiento de ese compromiso conlleva una
traición a los ciudadanos, y a los principios básicos de
aquello por los que se rige el derecho fundamental del
servicio publico.
Cuando un político traiciona deliberadamente el compromiso
que asumió en cumplir y hacer cumplir la Constitución
Española, y pasa a ocuparse de saldar rencillas personales,
persiguiendo y acosando a los que cree que son sus enemigos,
aprovechando su cargo dentro de la administración publica,
vulnerando los derechos y libertades fundamentales de
cualquier ciudadano, tanto en su vida diaria como en su
puesto de trabajo. El político que se aprovecha de su cargo
obtenido por la confianza de los ciudadanos en unas
elecciones, no debe bajo ningún pretexto acosar y perseguir
a padres e hijos, para beneficiar con subvenciones publicas
sin concurso, a personas muy cercanas a ellos, donde la
amistad manifiesta y el favoritismo se ven con una claridad
absoluta.
Los ciudadanos de Ceuta, tenemos un dilema moral para los
próximos comicios electorales, ya que en las calles de
nuestra ciudad solo se escucha el descontento generalizado
que hay con el Gobierno de Ceuta, y la larga lista de malas
decisiones, la cantidad de errores políticos cometidos desde
el Gobierno local, la cantidad de injusticias que soportamos
los ciudadanos de nuestra ciudad de un Gobierno caduco, sin
ideas y anclado a unas políticas pasadas de que Ceuta debe
ser una ciudad subvencionada por el Gobierno de España, ya
que son incapaces de crear recursos propios, ni ideas para
regenerar la economía maltrecha de nuestra ciudad, donde el
paro no deja de crecer, y los jóvenes no tienen ninguna
oportunidad de futuro, porque el futuro de Ceuta esta
embargado, con los políticos actuales el futuro esta abocado
a un pozo donde solo se ve oscuridad.
El gran dilema moral, es que hacer con nuestro voto, ese
voto que queremos que sea un castigo para los políticos de
Ceuta, mandando un mensaje claro a los partidos nacionales
para que sepan que en Ceuta no estamos contentos con los
políticos actuales. Pero al mismo tiempo no queremos
abandonar al partido el cual todavía seguimos confiando en
sus políticas nacionales, donde nada tiene que ver las
equivocadas decisiones tomadas por los políticos de Ceuta,
aunque sean del mismo partido. Pero la cruda realidad es que
nada tienen en que parecerse las políticas nacionales de los
partidos, con las políticas realizadas en nuestra ciudad por
los políticos locales.
Siempre he creído en que todos los políticos deberían estar
como máximo dos legislaturas en política, porque creo que
perpetuarse en política, o hacer de la política una oficio
es malo, se pierde la objetividad de la realidad de la
calle, desconectando de los ciudadanos. Los políticos que
llevan muchos años seguidos en los cargos, terminan
endiosándose, creando una serie de parásitos a su alrededor
que impiden que la realidad de la calle llegue al que toma
las decisiones para tomar las medidas oportunas y acertadas
para solucionar los problemas. Los políticos perpetuos se
encierran en sus torres de marfil, donde comienzan a ver
fantasmas donde no los hay, viendo enemigos a toda aquella
persona que sea capar de decir la cruda realidad, terminado
persiguiendo y acosando a todo aquel que sea capaz de llevar
la contraria y le diga la verdad de la realidad cotidiana,
ya que estos políticos endiosados están acostumbrados a sus
seguidores, sanguijuelas chupa sangre que su único logro en
política es hacer la pelota y adorar constantemente, para
poder seguir ostentando un cargo político que por si solos
nunca tendrían por su nula capacidad para ganar unas
elecciones por si mismos.
|