No me cabe la menor duda de que el
grupo Ciudadanos va a dar más de un dolor de cabeza a los
partidos clásicos de hace ya muchos años, y no sólo al PP,
al que puede arrebatar cientos de votos, sino también al
PSOE y, no digamos, en tierras catalanas a CiU, esas siglas
a las que ciertos catalanes, en plan de chanza, traducen
como “Conveniencia y Unción”.
Y es que, volviendo a Ciudadanos, hay que valorar, en su
justa medida, el lugar y el momento en el que nace este
grupo político, cuando unas pocas gentes de bien se dan
cuenta de que el mundo de la política de hoy, los grupos
clásicos, incluidos especialmente, los que apoyan todo el
entramado de los nacionalistas, están corrompidos, no dan un
paso sin que aparezca alguno de sus miembros hasta las
cejas, metidos en las cajas de ahorros, a las que han hecho
sus banquitos especiales, en las televisiones autonómicas de
las que se están valiendo para que les canten sus glorias, y
en todas las instituciones que van manejando de una manera
tan vergonzosa que hoy por hoy, el término políticos, a lo
largo de la geografía española, viene a significar
corrupción, desatino, desvergüenza o todo ello junto.
Por ello Ciudadanos es más atractivo, porque éstos no han
tenido que “tirar” de la chaqueta de pana para salir a la
escena con dignidad, no han tenido que poner en tela de
juicio la unidad de España, para que les voten los vecinos
de al lado, y no han necesitado hacer política de escaparate
o de prebendas y regalos, pero vacía de significado, para
lograr que les sigan los que les tienen que seguir.
Creo que ha llegado el momento de cambiar y de cambiar con
ilusión, sin tener por detrás ningún tipo de trama, sin
tener que ocultar que un simple presidente de una Diputación
provincial tenga que ser sacado a pasear todos los días, en
invierno y en verano, desde por la mañana hasta que lo
devuelven a casa por la tarde, tras haber hecho, sólo para
su paseo, 360 kilómetros cuyo combustible y coche pagamos
todos, y eso por vivir, mucho más cómodo para él, en un
pueblo del que es alcalde y no querer pernoctar en la
capital de provincia de donde es presidente de su
Diputación.
Tampoco tiene Ciudadanos, a sus espaldas, ningún tipo de
problema de “eres” o todo lo que se está dando en Andalucía
a la que gobiernan, desde que “Jesucristo predicaba en la
tierra” los padres de la democracia de este país.
Por esto Ciudadanos sale a la calle con limpieza y con la
idea de limpiar todo lo que corroe a la política, mejor
dicho a los políticos que llevan muchos años metiendo la
mano en lo que manejan, en ayuntamientos, diputaciones,
comunidades autonómicas y ..., lo que ustedes quieran sumar.
Y ahora, para ponérselo complicado a los otros, a los de
siempre, se dirigen a Europa con una cabecera de auténtico
lujo, con un primer espada que podría abrir el cartel de
cualquiera de las ferias más importantes del país, con
Javier Nart que va a dejar, por allá fuera, una imagen de
buen hacer, buen saber y seriedad como otros, los de
siempre, no podrán hacer.
Es el momento de dejarse ver, las elecciones europeas habrá
que leerlas con mucha atención, y al mismo tiempo más de
uno, de los de siempre, de los que miran al bipartidismo,
tendrá tiempo de cambiar de orientación, en sus acciones y
en sus formas de pensar.
Ciudadanos puede ayudar a esto, Ciudadanos puede aportar ese
aire fresco que hace falta a la política actual y los que
somos enemigos del bipartidismo y de las mayorías absolutas
aplastantes tenemos que dar la bienvenida a este grupo,
aunque no estemos afiliados a sus filas, pero eso es lo de
menos.
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