Habían pasado treinta años desde
que un grupo de chavales se despedían tostados y negros del
sol, de un dia inolvidable de playa era el fin de fiesta...
cuando la promoción de 1984 de los alumnos de Juan XXIII se
llevaban abrazos en sus corazones.
-Y hace dos meses fuí invitado al reencuentro treinta años
después , iba como postizo como cosido al evento con la
cámara de fotos y una especia de cubrir del acto.
-Los abrazos y emociones, las nostalgias y recuerdos , y las
risas y lagrimas contenidas eran los entrantes a una velada
la mar de agradable.
-El video que se proyectó donde se vivieron los momentos
inolvidables de sus vidas, las llegadas al nuevo colegio en
la curva de Martinez Catena , de los festivales de fin de
curso y los consabidos viajes de estudios.
-En la mesa me puse al lado de las profesoras, Mari , Ana
Mari y Maribel y allá que iba dando rienda suelta a mis
recuerdos porque los amargos o se disiparon por las nubes y
me quedaba con los buenos momentos vividos, y esas anécdotas
aderezadas con la fina guasa e ironía que siempre me
acompañó para saborear los tiempos vividos, que fueron
mejores más que peores.
-Las placas, las charlas, las fotos , los platos y los
recuerdos guardados durante treinta años, dieron paso a que
mi Señorita Maribel cogiera el micro y mientras nos poniamos
como en una especie de foto de tribuna... nos arengara muy
sencillamente.
-Como si nos vieramos en la Plaza de los Reyes, o en la
puerta del colegio hace la tira de años , Maribel nos dió
unas palabras que nos llegaron al alma, y era que ¡ yo lo
pedía ! :
-A Dios que no fuera un choque cultural muy fuerte, el traer
los niños y niñas del centro de la ciudad en los setenta al
humilde barrio de pescadores como el Patronato Juan XXIII.
-El silencio se hizo espeso y las emociones nos sobrecogió
el cuerpo, y era la verdad como un Templo de grande que
todos tuvieramos esa unión los que veniamos del Pio XII ,
con los espigados niños que subian y bajaban los montes del
barrio San Antonio, las niñas que jugaban al elastico y
nosotros que traiamos la musica de Travolta en el autocar.
-Treinta años Señorita Maribel por tener en mi alma, aquel
desafío que dibujó una mañana en la pizarra, ¿ a ver de
vosotros quien quiere a España ?
-Y tras reconocer aquellas maravillosas palabras, a toda una
generación de apellidos que pasearon una epoca de nuestras
vidas, que podiamos decir si eramos LA SAGRADA FAMILIA.
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