Los resultados electorales a la presidencia de la Federación
Provincial de Asociaciones de Vecinos merece una lectura
porque los números hablan: el estrecho margen que separa el
triunfo de la derrota, demuestra que había una división
clara entre los dirigentes de las barriadas. De manera que,
si quien protagoniza la línea continuista –como era el caso
de Juan Moreno-contando con el apoyo del “aparato” no es
capaz de obtener una diferencia notable, el hecho evidente
es que existe un descontento con la línea de actuación
seguida en los últimos años.
José Ramos ha hecho una labor excelente durante su largo
mandato, pero en su última etapa se mostró algo menos
identificado y cercano a sus representados, demostrando por
el contrario un entreguismo y servilismo excesivo hacia el
Gobierno de Vivas, prueba inequívoca del sometimiento y el
yugo que suponen los más de 3 millones de euros que recibe
vía Convenio de las Brigadas Verdes.
El elevado porcentaje de participación del 93% es un síntoma
claro de la animación y el interés por apostar cada
presidente por su opción con el propósito de lograr el
triunfo. En un caso, por mantener las cuotas de poder y, en
el contrario, por intentar cambiar las cosas con las que no
se está de acuerdo.
Que de 63 presidentes 59 votaran y sólo hubiera 3 votos en
blanco, significa que hubo implicación clara en uno y otro
signo, evidenciando una notable fractura en la tendencia del
voto. Ganar unas elecciones como éstas, por una mínima
diferencia de dos votos, prácticamente supone un empate
técnico, que requiere como lectura, que Juan Moreno aún
ganando en términos absolutos, no lo es tanto como para
despreciar a la mitad de los representantes de las
barriadas.
Cuando se es el presidente de todas las Asociaciones hay que
buscar la integración de todos y no acrecentar la división o
estimularla, descartando a los que han sido sus adversarios.
No sería una postura inteligente y, desde luego, tampoco
generosa con quien compitió con él en buena lid.
Ahora han hablado las urnas y el mensaje que éstas
transmiten es que había un elevado número de descontentos
con la gestión oficialistas de la Federación provincial y
por ello pedían un cambio. Por estrecho margen no ha sido
posible pero tampoco se pueden desoír las voces críticas o
ignorar a quienes las representan.
El apretado margen de la victoria de Juan Moreno, le ha de
hacer reflexionar sobre los números obtenidos, la
participación, cuantos le votaron y cuántos no. Estoy seguro
que Juan Moreno no adoptará la técnica del avestruz ni
esconderá la cabeza bajo el ala, ya que no sería sensato ni
prudente. Moreno debe asumir que no barrió y que lo hizo por
un mínimo margen. Y esa lección ha de aprenderla para
comenzar una nueva andadura con buen pie.
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