El sociólogo francés de origen argelino entiende que Europa
tiene problemas actualmente y es que para él “Europa está en
un momento crucial de su historia”. Los tratados en los que
se asentaba, el de Maastrich, y Lisboa, entre otros,
demostraban su evolución, pero ahora “estamos en un punto de
ruptura”. “Estábamos construyendo, pero ahora ninguno de los
países respeta los términos de convergencia de estos textos,
ni Alemania ni Bruselas”, dice
El Banco Central Europeo decidió el año pasado violar esos
tratados para evitar que los países del sur se hundiesen,
pero los problemas de fondo siguen existiendo.
A partir de julio, cuando el BCE vuelva a una política más
ortodoxa, “volveremos a los mismos problemas. El euro está
muy caro y eso penaliza las exportaciones de los países del
sur. La crisis ha empobrecido a los Estados del sur en
beneficio de Alemania. Europa está muerta, el proyecto
comunitario está agotado y volvemos a una Europa de
competiciones entre los Estados miembros. La gente ya no
cree en Europa, y tiene razón, porque tal y como la
concebimos, está muerta.
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