La increíble orden de otorgar un
día de permiso por la asistencia a la presentación el
próximo día 6 de mayo del himno de la Policía Local y del
Cuerpo de Extinción de Incendios, a los agentes policiales,
ha sido una medida que, si bien en un primer momento
despertó sorpresa e incredulidad, después se ha tornado una
nueva ‘marcha atrás’ a las que nos tiene acostumbrados este
Gobierno, que no piensa lo que hace y cuando no se hace lo
que se debe, ocurren situaciones tan grotescas como ésta
que, en cuestión de veinticuatro horas se desdicen de lo que
anunciaron.
En Recursos Humanos quedaron estupefactos al conocer ayer la
información publicada por ‘El Pueblo’ sobre que la
asistencia a un acto se consideraba como un servicio y se
compensaba con un día de permiso, sin que estuviera recogido
en el convenio colectivo, lo que induce a pensar que, antes
de adoptar esta decisión, se debió consultar la misma y
evaluar si era o no posible ser tan generosos para ‘premiar’
la asistencia a un acto. Cuando se habla tanto de
austeridad, no parece prudente que se adopten medidas
repentinas sin orden ni concierto, que además no cuentan con
soporte legal alguno.
La precipitación es mala consejera en estos casos al igual
que las decisiones frívolas como sucede en este asunto.
Actuar con tanta descoordinación entre los diferentes
departamentos que han de decidir en estas cuestiones es
también una conducta arbitraria. No caben ‘patinazos’ de
este calibre cuando se trata de cumplir con la legalidad en
un Cuerpo que, precisamente, ha de hacer bandera de la
misma. En la Administración pública no puede uno hacer de su
capa un sayo porque luego vienen estas estrambóticas
situaciones tan grotescas como surrealistas. Y el ridículo
es grande.
|