El acceso a la función docente no puede estar planteado de
modo aislado ni con improvisaciones sino incardinado en un
marco específico, el Estatuto Docente, que contemple los
requerimientos y particularidades de la profesión docente y
establezca una carrera profesional bien diseñada desde la
formación inicial hasta la jubilación.
Nicolás Fernández Guisado, presidente nacional de ANPE, ha
exigido al Ministerio de Educación que el acceso a la
función docente no se desgaje del texto completo del
Estatuto, para cuya negociación ha exigido compromiso,
calendario y temporalización. El Ministerio se ha mostrado
receptivo ante la propuesta y ha aceptado que, si no hay
Estatuto, no haya modificaciones parciales al sistema de
acceso.
No obstante, como premisas básicas y previas, no solo a la
negociación del Estatuto Docente sino a la propia aplicación
de la LOMCE, ANPE ha exigido una vez más al Ministerio:
La eliminación de la tasa de reposición de efectivos. Es
imperativa una amplia oferta de empleo público que renueve
las plantillas y disminuya la tasa de interinidad del
profesorado. Esta es una cuestión primordial a la que no
puede permanecer ajena ninguna modificación del sistema de
acceso y que incluso puede hacer inviable cualquier
propuesta por buena que sea.
La elaboración urgente de un decreto de plantillas que
regule las especialidades docentes, afectadas por el
desarrollo de la LOMCE.
La derogación del Decreto 14/12 de ajustes del gasto
educativo. Mantener los recortes y negociar un Estatuto
Docente son aspectos incompatibles.
Disposición de una jubilación anticipada vinculada a la
aplicación de la LOMCE tal como han tenido todas las leyes
de educación promulgadas desde 1990.
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