Ya veremos si hay alguien, en un
día venidero, y cuanto antes mejor, que se ocupa, de verdad,
de los parados, en la España que vivimos.
Estamos en vísperas del 1 de mayo, un día que empezó a ser
festivo allá por 1959, con San José Obrero y que años más
tarde como eso de los santos atraía un poco menos, dejó de
ser primordial el santoral y para igualarse con la Europa
democrática, se empezó a festejar como día del trabajo,
arropado todo ello por ciertos sindicatos de clase,
especialmente.
En esta apreciación, los sindicatos son los que llevan la
voz cantante y cada año, desde hace ya muchos, nos
encontramos con que los sindicatos, concretamente los de
clase, dan colorido a las ciudades a base de manifestaciones
a las que últimamente asistían unas cuantas docenas de
simpatizantes, acompañados por los liberados.
Este año, todavía faltan 48 horas, no se está viendo mucha
propaganda animando a ir a esas manifestaciones, no sé si
porque los recortes de presupuestos no les permiten a los
sindicatos hacer mucha propaganda, o si porque se están
dando cuenta los propios sindicatos que cada vez tienen
menos seguidores, desengañados de que la labor sindical es
eficiente para los del “asa de la caldera”, no para todos
los trabajadores y mucho menos para los que ya no se pueden
llamar trabajadores, sino los “sin trabajo”.
Por todo esto, me alegra que en las manifestaciones del día
1, aquí en Ceuta, haya un grupo de esos “sin trabajo”, que
van a hacer su propia manifestación, apartados del mundo
sindical, y que esa manifestación recorrerá un trecho más
largo que la otra, esa que volverá a ir encabezada por los
de siempre, los que llevan al frente de los sindicatos, sin
lograr nada positivo, desde el año de Mari Castaña.
De esta última manifestación sí me fío, ésta será la única
auténtica, reclamando lo que, de verdad, necesitan: trabajo.
Y es que los otros, los de las UGT o CCOO y alguien que se
les una más, no son más que, si acaso, una procesión de
colorines, para dejarse ver, para justificar, si acaso, las
subvenciones, por las que están vendidos al poder, por mucho
que quieran disimular y aparentar reivindicaciones, durante
ese rato.
Va siendo hora de que los que han sido desamparados, los que
no han encontrado un sitio al sol, para poderse justificar,
ante sí mismos y ante la sociedad, sean los que lleven la
voz cantante, sean los que reclamen lo que les debiera
corresponder, porque deben saber que ni desde el mundo de la
política y menos desde el ámbito sindical, no se les va a
dar nada, no se les va a proteger en nada, con lo que, otra
vez en nuestro país, la gente más joven, los que más pueden
producir se tienen que marchar fuera, tienen que abrirse su
camino en el extranjero, mientras que los Méndez o los “Toxo”,
años y años en la cresta de la ola, se han buscado en el
sindicato correspondiente la “gran carrera” que no habrían
sido capaces de sacar en una universidad, por ejemplo.
Veo que Iratxe García, candidata socialista al Parlamento
Europeo se afana en reclamar la necesidad de triplicar el
presupuesto en materia de garantía juvenil para poder
afrontar el grave problema del desempleo que sufren los
jóvenes. Me parece muy bien ese interés de la joven
socialista Iratxe García y ya veremos, una vez en Europa,
tras las elecciones, qué es lo que propone y qué es lo que
logran ella, los suyos y los que estén en la parte
contraria.
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