Definitivamente el poder le ha
hecho a Vivas perder la cabeza, le ha trastornado su
personalidad y le ha causado pérdida de conciencia ética,
adoptando una conducta arrogante, incapacidad para discernir
y escuchar a los demás, además de una peligrosa tendencia a
la huida hacia adelante que le sitúa en una peligrosa
alienación que le hace perder la noción de la realidad.
La única finalidad de Juan Vivas en sus últimos años de
presidencia sólo ha sido mantenerse en el puesto. No le ha
importado ni Ceuta ni los ceutíes, todo eso es puro adorno.
Ceuta y los ceutíes son meros instrumentos para alimentar su
ego y su posición. Y para ello, Vivas parte de la concepción
que sólo puede hacer crecer sus ideas, sus proyectos,
destruyendo al adversario transformándolo en enemigo.
Concebir enemigos donde hay adversarios tiene que ver con
los valores. Ya vaciándose de ellos, para que nada empañe la
voluntad del poder; ya inventando valores al servicio de
esta voluntad. Valores duros y aristados como las piedras,
puesto que de tirarlas a la cabeza del prójimo se trata.
Adversario es aquel que, luchando por sus propios intereses
(materiales, emocionales, religiosos, ideológicos), lo hace
sin intentar destruir o someter. Enemigo es aquel que busca
la destrucción o la sumisión. Y eso es exactamente lo que
Vivas lleva intentando hacer con ‘El Pueblo de Ceuta’ desde
hace más de dos años y por ello mismo, nos convierte en su
enemigo. Ayer volvió a realizar un ataque claro y directo al
Secretario General del PSOE, José Antonio Carracao y a ‘El
Pueblo’, dejando claro su evidente animadversión contra este
medio de comunicación al imputarnos que el ‘caso Urbaser’ es
una “campaña orquestada contra su persona”.
Se ha convertido en un hombre que se defiende atacando, a
este periódico, por ejemplo, desde la perspectiva de su
propia razón. ‘El Pueblo’, no tiene razón, ni información,
es además insidioso, “esta gente tiene que estar a mi cargo,
se estan equivocando, lo están haciendo mal, y aquí estoy yo
para decirles cómo hay que hacerlo”. Se van a enterar ...”.
Y efectivamente la arma.
Con este comportamiento acusador, Juan Vivas demuestra que
ha perdido el norte, que cree ser el ombligo del mundo y tan
importante que cualquier crítica o información adversa al
Gobierno la transforma en “campaña” para erosionar su
persona convirtiéndose en esa víctima propiciatoria,
acostumbrado a que se silencien sus actuaciones y no asumir
el deber de informar y la libertad de expresión, cuyos
límites constitucionales sólo lo impone la Justicia. Y que
sepamos, ninguna de nuestra informaciones han merecido
denuncia alguna de Juan Vivas ni de su Gobierno, por falta
de veracidad o por presuntas injurias o calumnias.
El Secretario General de los socialistas ceutíes ha ejercido
su función de manera libre, utilizando su legítimo derecho a
la acción de control del Gobierno, sin que por ello, haya
que insultarlo o vilipendiarlo con calificativos
denigrantes.
Mientras, este periódico lo único que ha hecho y seguirá
haciendo es llevar a cabo su deber de informar de manera
veraz a los ciudadanos, dando una información exhaustiva del
“caso Urbaser” y de cuanto acontece en nuestra ciudad,
aunque no guste al presidente Vivas, que prefiere silencios
cómplices, informaciones a su medida que sean loas a su
persona y todo lo que se salga de este guión lo interpreta
como maniobra con fines ocultos. Su ego desmesurado le está
llevando a interpretar cualquier movimiento a su alrededor
como un ataque o como una amenaza, mostrando la forma más
tormentosa de defensa propia, y adoptando un aire de
deslealtad sin paliativos. ¡Ay de los griegos que frente a
otros griegos trataron con los persas!
El presidente Vivas lleva tiempo viviendo en la jungla de la
confrontación, la imposición y el autoritarismo, impermeable
a opiniones y perspectivas que relativicen su propia visión
y viendo enemigos por doquier, a los cuales es necesario
eliminar, neutralizar o someter.
Parece olvidar que, durante este año, tiempo que ha durado
el asunto, este medio ha sido escrupulosamente respetuoso
con la actuación policial y judicial, informando a título
descriptivo de los hechos. Es más, este periódico ha sido
prudente a la hora de informar, porque bien saben miembros
del Gobierno de Juan Vivas, que no hemos profundizado en más
cuestiones que pudiéramos haber hecho.
Lo que Juan Vivas ha de entender, aunque no le guste –como
bien lo ha demostrado-, es que hay informaciones que no son
de su agrado y que el ciudadano ha de conocer y que cuando
alguien ve lesionados sus derechos en cuanto al honor o su
honestidad, lo que ha de hacer es recurrir a los Tribunales
y ejercer sus acciones legales, como protección, tal y como
marca el Estado de Derecho.
Juan Vivas debe medir más sus palabras, controlar sus fobias
y no perder la perspectiva de los hechos. Solo así será un
político respetado y respetable. Si se deja llevar por la
visceralidad de la conducta atropellada, caerá en los
errores que le conviertan en un personaje desdibujado y
perdido, alejado de la realidad y atrapado en sus propios
demonios.
Cuando un presidente decide amontonar la ropa sucia en casa,
la porquería termina saltando por la ventana con estruendo,
ensuciando de forma irreparable a todos.
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