Desde hace ya varios años,
concretamente desde que participó, con todo éxito, una joven
ceutí, Nazaré, vengo siguiendo, cada noche del sábado, si a
las 10 de la noche no está jugando el Madrid, el concurso de
Canal Sur TV, “Se llama copla”, y a medida que va pasando el
tiempo, cada vez se ve con más claridad que si ese concurso
se mantiene en pantalla, más que por tener la audiencia que
tenga, es porque las llamadas o los SMS constantes le dan
vida y le proporcionan un dinero con el que costear el
programa o incluso sacarle más rendimiento.
Al no haber otra cosa mejor y en la noche del sábado no
suele haber muchas cosas atractivas, los andaluces que no
tienen otra alternativa que ver se dedican a “contemplar lo
suyo”, esto es, a ver su televisión, que durante más de
cuatro horas viene presentando una ex miss y dándole aire al
programa, que con tantas llamadas se justifica
económicamente, por sí solo.
Pero el entretenimiento o la simple distracción vienen
siendo entorpecidas, en muchas ocasiones, por un personaje
de esos que están ahí siempre y que indican o son reflejo de
la chulería o la apuesta chulesca que muestra, a diario, el
ínclito “Pive”.
Y es que ya va siendo hora, si es que en esa televisión hay
una línea de principios básicos de educación, que a este
caballero, no sé si verdadero experto en eso de la Copla,
haya quien le pare los pies, especialmente, al aparecer con
actuaciones que denigran a alguno de los concursantes que a
él no le caen bien, mientras que con otros no se atreve a
abrir la boca.
La noche del sábado, cosa que ya no es nueva, tuvo y mantuvo
en el punto de mira a uno de esos participantes, que a pesar
de llevar ya muchos meses en el concurso considera o
consideran otros que es de los más flojos. Este “chuletilla
de barrio” enfiló al concursante, creo que se llama Ismael y
le atacó despiadadamente, pero tuvimos la suerte de que el
chaval le saliera respondón y más respondón le salió el
público, cuando le otorgó, con sus votos, ser, una semana
más, el favorito del público.
Seguir en el programa de este tipo un concursante así, con
tirón entre la gente, se explica o porque es mejor de lo que
considera el tal “Pive” o porque es una fuente de ingresos
para el propio programa.
Al haber sido el favorito del público, el chaval sigue ahí,
al menos una semana más y contando, por si fuera poco con
que otro miembro, otra componente del jurado, se enfrentó
con dureza al “Pive” de la chulería.
Y que la chulería del tal “Pive” está un grado por encima de
lo permitido nos lo demuestra más tarde cuando sale con una
de esas ocurrencias de únicamente aquellos que se consideran
superiores a lo que les rodea, al decir:”Yo soy fabricante
de líderes”. Frase que sólo se puede explicar como reclamo
de apoyo a quienes son vejados por personajes de la calaña
del individuo en cuestión.
Aquí nos encontramos con un tipo de programa de los que son
caros, pero no me cabe la menor duda de que cada edición
tenga superávit, por ese afán recaudatorio que hay, desde el
comienzo mismo, de este tipo de programas.
Y lo más lamentable es que un programa de este tipo tenga
algo más que un sano interés de distracción, y ese algo más
el sábado lo vimos en la pelea del “Pive”, con quien no
estaba de acuerdo en denigrar a uno de los participantes.
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